¡No salen a la calle! Los habitantes de Florida y Georgia tras el paso del huracán ”Idalia”

Antes de dirigirse hacia el Atlántico el jueves, Idalia giró hacia el este, inundando muchas de las playas de Carolina del Sur y dejando sin electricidad a algunos usuarios en el estado y Carolina del Norte.

Los habitantes de Florida y Georgia que viven en la zona azotada por el huracán Idalia rebuscaban el jueves entre montones de escombros donde alguna vez hubo casas, colocaban lonas sobre techos destrozados y caminaban con cautela por un laberinto de calles que quedaron bajo el agua u obstruidas con árboles caídos y peligrosos cables eléctricos.

En Valdosta, una ciudad de 55.000 habitantes en el sur de Georgia, el residente Desmond Roberson, quien condujo junto con un amigo para comprobar los daños, dijo que en una calle había árboles caídos casi sobre todas las casas. Las carreteras seguían bloqueadas por troncos y cables eléctricos caídos, y los semáforos seguían apagados en las principales intersecciones. Dijo que las pocas gasolineras que estaban abiertas tenían largas filas.

”Es un laberinto… Tuve que dar la vuelta tres veces, sólo porque los caminos estaban bloqueados, dijo Roberson.

Casi todas las 600 lonas que las autoridades habían reservado para cubrir los techos dañados habían sido reclamadas para el jueves por la mañana, dijo Meghan Barwick, portavoz del condado Lowndes.

Más de 24.000 viviendas y negocios en el condado de unos 120.000 habitantes seguían sin electricidad, según Barwick, quien dijo que los residentes deberían estar preparados para pasar varios días más sin luz ni aire acondicionado.

Las tareas de rescate y recuperación estaban en pleno apogeo en la remota zona de Big Bend en Florida, donde Idalia tocó tierra con vientos de 201 kilómetros por hora (125 millas) el miércoles, destruyendo casas, arrancando techos, partiendo árboles altos y convirtiendo calles en ríos.

“He visto muchos daños realmente desgarradores”, dijo el gobernador de Florida, Ron DeSantis, mientras recorría el área con su esposa, Casey, y funcionarios federales de emergencia. Señaló que una iglesia de la zona de Big Bend quedó anegada por más de 1,2 metros (4 pies) de agua.

Agencias