Papa Francisco a las autoridades en Irak: “Que callen las armas y resuene la voz de los constructores de paz”

En su primer discurso público, el llamado a la no violencia y a silenciar las armas, para dar paso al diálogo y a la construcción de una sociedad democrática, fraterna y estable, fueron las ideas centrales que expresó el Santo Padre en el encuentro con las Autoridades y el Cuerpo diplomático iraquí  

Un apremiante llamado fue el protagonista del primer discurso del Papa Francisco en Irak, realizado en el Palacio Presidencial de Bagdad en compañía de las Autoridades, la Sociedad Civil y el Cuerpo diplomático acreditado en la nación; siendo la primera cita pública en la agenda oficial de su 33° Viaje Apostólico Internacional.

Papa Francisco en el Palacio Presidencial en Irak

En el extenso y rico discurso, el pontífice recordó el sufrimiento del pueblo iraquí, marcado por las guerras, el terrorismo y los conflictos sectarios; remarcando con fuerza la necesidad de diálogo, la búsqueda de la paz, la justicia y el cuidado hacia los más vulnerables, con un llamado a la solidaridad y la convivencia fraterna entre los diferentes credos y el respeto del derecho.

Tras la Ceremonia Oficial de Bienvenida y la Visita de cortesía al Presidente de la República, Barham Ahmed Salih Qassim, el Santo Padre expresó, su agradecimiento por la oportunidad de realizar esta Visita Apostólica, “tan esperada y deseada”, una visita que tiene lugar hoy “mientras el mundo entero está tratando de salir de la crisis por la pandemia de Covid-19”.

Encuentro privado con el Presidente de Irak

En este sentido, el Sucesor de Pedro, recordó el sufrimiento del pueblo iraquí en las últimas décadas, afectado por “los desastres de las guerras, el flagelo del terrorismo y conflictos sectarios basados a menudo en un fundamentalismo que no puede aceptar la pacífica convivencia de varios grupos étnicos y religiosos, de ideas y culturas diversas”.

De igual manera, precisó que, “todo esto ha traído muerte, destrucción, ruinas todavía visibles, y no sólo a nivel material: los daños son aún más profundos si se piensa en las heridas del corazón de muchas personas y comunidades, que necesitarán años para sanar”.

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Diálogo y solidaridad

Sobre el particular, el pontífice expresó: “La coexistencia fraterna necesita del diálogo paciente y sincero, salvaguardado por la justicia y el respeto del derecho”, afirmando que “requiere esfuerzo y compromiso por parte de todos para superar rivalidades y contraposiciones”.

“Una sociedad que lleva la impronta de la unidad fraterna es una sociedad cuyos miembros viven entre ellos solidariamente”, y ésta “es una virtud que nos lleva a realizar gestos concretos de cuidado y de servicio, con particular atención a los más vulnerables y necesitados”; seguidamente, recordó a quienes, “a causa de la violencia, de la persecución y del terrorismo han perdido familiares y seres queridos, casa y bienes esenciales”, y a toda la gente que “lucha cada día buscando seguridad y medios para seguir adelante, mientras que aumenta la desocupación y la pobreza”.

Papa Francisco llama a lo no violencia en Irak

Peregrino de paz

 Por otro lado, afirmó el Papa Francisco: “Vengo como penitente que pide perdón al Cielo y a los hermanos por tantas destrucciones y crueldad. Vengo como peregrino de paz, en nombre de Cristo, Príncipe de la Paz”; y dirigiéndose al Presidente iraquí y a las Autoridades del país, señaló lo siguiente: “¡Cuánto hemos rezado en estos años por la paz en Irak!”, recordando que su predecesor, Juan Pablo II, “no escatimó iniciativas, y sobre todo ofreció oraciones y sufrimientos por esto”. “Y Dios escucha, escucha siempre”.

“Que callen las armas, que se evite su proliferación, aquí y en todas partes. Que cesen los intereses particulares, esos intereses externos que son indiferentes a la población local. Que se dé voz a los constructores, a los artesanos de la paz, a los pequeños, a los pobres, a la gente sencilla, que quiere vivir, trabajar y rezar en paz”, fue parte del llamado del pontífice.

Cortesía de Youtube

Pluralismo religioso

Seguidamente, subrayó que: “El nombre de Dios no puede ser usado para justificar actos de homicidio, exilio, terrorismo y opresión”, “la religión, por su naturaleza, debe estar al servicio de la paz y la fraternidad”.

Finalmente, recordó la antiquísima presencia de los cristianos en esta tierra, y destacó “su contribución a la vida del país, constituye una rica herencia, que quiere poder seguir al servicio de todos”; para concluir, resaltó que la “participación en la vida pública, como ciudadanos que gozan plenamente de derechos, libertad y responsabilidad, testimoniará que un sano pluralismo religioso, étnico y cultural puede contribuir a la prosperidad y a la armonía del país”.

Recibimiento en el Palacio Presidencial en Irak

AV / Con información de Vatican News