La Chinita, una frágil tablita sostiene la fe del pueblo zuliano

Solo quienes tienen contacto directo con la Chinita saben de la fragilidad de la reliquia, que no limita los favores y milagros que confiere a sus fieles devotos. En la celebración de la coronación de la Virgen de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá la fe se mantiene en alto

Pocos conocen su fragilidad. No todos saben que está rota, que pierde un poco de color y que algunas partes están borradas o se ven borrosas. Y es que sus favores son más perceptibles que su apariencia física y son suficientes para que los fieles devotos de la Chinita la vean intacta y la perciban fuerte.

Solo quienes tienen contacto directo con ella lo saben. Lino Perozo es uno. Sus manos son las encargadas de preservar el milagro de la tablita, que muestra a la Virgen de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, que este 18 de noviembre de 2022 cumple 80 años de su coronación y 313 años de su aparición.

Él reconoce que es una tablita frágil, que requiere una restauración y que debe ser tocada lo menos posible. Por eso le recomendó, en 2017, al padre Nedward Andrade, párroco de la Basílica, que la tabla se limpiara cada cinco años y no cuatro veces al año como se hacía.

“Está bastante deteriorada, pero a la distancia que la ven los feligreses, no la van a percibir porque hay que tenerla cara a cara y sin un vidrio encima. Yo le dije al padre que el mejor cuidado que podemos hacerle es no tocarla, pero sí hacerle pruebas anualmente para saber que se mantiene bien”, asegura Perozo, quien en 2011 asumió la tarea de limpiar la tablita, luego del fallecimiento de Don Enairo Villasmil, conocido como el “Joyero de la Virgen”.

“Hay áreas que están borradas, son áreas que se pueden subsanar porque toca la vestimenta o algunos fondos, pero igual se ve bien”, agregó Perozo, un arquitecto de profesión y un restaurador y curador de imágenes religiosas, que conoce cada uno de los detalles de la Virgen, de su relicario, corona, porta corona y cetro. Todo lo tiene dibujado en 3D en unos viejos cuadernos, con medidas y peso.

El milagro intacto

Si algo tiene claro Lino Perozo es que en sus manos reposa algo más que una tablita de unos 6 milímetros de espesor. Está consciente de que en esos 180 gramos que pesa la reliquia carga la fe de millones de personas y que su fragilidad no limita su poder para otorgar favores o milagros, como el concedido recientemente al guardia nacional Luis Herrera.

Desesperado, con lágrimas y cinco ramos de flores en las manos, Herrera llegó una mañana de octubre de este 2022 hasta el nicho de la Virgen de Chiquinquirá en la Basílica para pedirle que sanara a su niña de dos años de una neumonía y un derrame pleural que le comprometieron los pulmones.

Nicole Isabel tenía siete días hospitalizada y con un cuadro de salud que se agravaba mientras pasaban las horas. Del Hospital de Veritas fue remitida al Hospital General del Sur en busca de un especialista en Cirugía de Tórax que no conseguían.

“Mi hija casi no podía respirar, le tuvieron que poner oxígeno de emergencia, su saturación estaba muy baja. Estaba desesperado y vine a pedirle a la Virgen”, cuenta el joven zuliano de 25 años.

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El milagro intacto

Si algo tiene claro Lino Perozo es que en sus manos reposa algo más que una tablita de unos 6 milímetros de espesor. Está consciente de que en esos 180 gramos que pesa la reliquia carga la fe de millones de personas y que su fragilidad no limita su poder para otorgar favores o milagros, como el concedido recientemente al guardia nacional Luis Herrera.

Desesperado, con lágrimas y cinco ramos de flores en las manos, Herrera llegó una mañana de octubre de este 2022 hasta el nicho de la Virgen de Chiquinquirá en la Basílica para pedirle que sanara a su niña de dos años de una neumonía y un derrame pleural que le comprometieron los pulmones.

Nicole Isabel tenía siete días hospitalizada y con un cuadro de salud que se agravaba mientras pasaban las horas. Del Hospital de Veritas fue remitida al Hospital General del Sur en busca de un especialista en Cirugía de Tórax que no conseguían.

“Mi hija casi no podía respirar, le tuvieron que poner oxígeno de emergencia, su saturación estaba muy baja. Estaba desesperado y vine a pedirle a la Virgen”, cuenta el joven zuliano de 25 años.

Con información de: ElPitazo