Guatemala se enfrenta a una crisis social y de violencia

La Aldea El Camarón es un territorio indígena Xinca, integrado por más de 400 familias. Se encuentra ubicada en el Municipio de San Luis Jilotepeque Jalapa, a unos 180 Km, al Oriente de la ciudad de Guatemala. Una de las más ignoradas y abandonadas aldeas por el moderno Estado bicentenario de Guatemala.

Las mujeres, caminan descalzas, cargando a cuestas sus hijos anémicos y desnutridos a simple vista. Los varones, viven para hacer milpa (cultivar maíz) para la alimentación del año, incluso alquilando tierras en departamentos lejanos como Petén. Cuando pueden, venden el quintal de maíz en un precio equivalente a $10.

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No cuentan con centro de salud, ni sistema de alcantarillado. El hedor del estiércol humano, de los marranos y de los caballos, crean una atmósfera de completa “amodernidad”.

El único ingreso carretero a la Aldea está bloqueado por una gruesa cadena y prominente candado, cuya llave trae presurosa una mujer Xinca descalza con signos de desnutrición. “Así es como nos protegemos de intrusos de la empresa que quieren ingresar a nuestra comunidad”, nos indica Don Pedro, nuestro acompañante.

La energía eléctrica fue “una necesidad, ahora, es nuestra desgracia”

La ausencia estatal en El Camarón es más que evidente. “Los abuelos de mis abuelos vinieron y crecieron aquí. Ellos contaban que esto era una montaña abandonada”, recuerda Don Pedro de casi 50 años de edad, mientras chapolea, cuesta arriba, pateando estiércol de acémilas.

Las casas de bajareque, repelladas con barro, cubiertas con tejas hechas a mano por ellos, sin ningún servicio público, evidencia que la “montaña sigue abandonada”.

“Hace como 8 años pedimos e hicimos que ingresase la luz eléctrica aquí. Nosotros hemos trabajado para traer y sembrar postes a lomo de caballo…” indica uno de los vecinos.

“Allá al frente está el poste que casi ya no se mira. Desde ese lugar nos distribuyen energía aquí a la Aldea”, indica Don Pedro. “Ya casi ya no se mira el poste”, porque el 30 de junio reciente, unos hombres, escoltados por cerca de 30 patrullas de la Policía Nacional Civil (PNC) cortaron y derribaron dicho poste, y se llevaron los cables.

“Es la segunda vez que nos cortan el poste, y la tercera vez que nos roban el cable. Esta vez, ese poste nos costó a la comunidad dos mil quetzales…, y cuando llegamos al lugar para defender nuestro poste de luz la policía nos metió bala”, cuenta el tío de uno de los tres heridos con armamento policial, según lugareños.

Así, una década después del alumbramiento eléctrico, El Camarón, volvió al candil del ocote (madera de pino), y, ahora, llora en la oscuridad por sus tres “héroes de la luz” que se encuentran convalecientes y hospitalizados.

Guatemala, un Estado que protege a criminales y acribilla a sus defensores

El 30 de junio pasado, al promediar el medio día, un contingente de 30 patrullas de la PNC arribó a la Aldea el Chahuitón, colindante con la Aldea El Camarón, siempre en el Municipio de San Luis Jilotepeque, Jalapa, escoltando a los sujetos que derribarían el poste eléctrico que distribuye energía a las familias xincas de El Camarón.

¡Sí. Así como lo lee Ud. estimado lector! PNC escoltó a delincuentes que cometieron el atentado contra servicios de utilidad pública, ilícito establecido en el artículo 294º del Código Penal, castigado con cárcel en Guatemala. ¡Y no es la primera vez!.

Semanas antes, la empresa ENERGUATE, al no poder doblegar la acción de resistencia comunitaria de sus usuarios en El Camarón, ya había mandado a derribar el anterior poste en el lugar, y sustraer los cables, según indican los lugareños. Pero, los usuarios compraron y sembraron un nuevo poste, además de restaurar el alambrado eléctrico.

Con Informacion de: TeleSur