Imprudencia y hampa: causas de la tragedia donde fallecieron los peloteros de cardenales de Lara José castillo y Luis Valbuena

Alrededor de las 2 de la mañana y a unos 10 minutos antes de llagar a San Felipe, viniendo de Morón, la camioneta en la que viajaban 3 peloteros de Cardenales, entre ellos Carlos Rivero, José Castillo y Luis Valbuena, chocó contra una piedra atravesada en plena vía, presuntamente colocada a propósito como el ya conocido “modus operandi” de algunos despreciables vándalos que siguen haciendo de las suyas en las carreteras oscuras de nuestro país.

Desafortunadamente, tanto Valbuena como Castillo fallecieron, sobreviviendo milagrosamente Carlos Rivero y Raúl, quien los  acompañaba como chofer. Según las versiones recogidas entre testigos y funcionarios, la camioneta se elevo al chocar contra la roca, perdiendo el control dando varias vueltas sobre sí misma, hasta quedar en sentido contrario de la vía.

Tanto el chofer como Carlos Rivero llevaban puesto el cinturón de seguridad, pudiendo soportar los golpes por los giros que dio el vehículo, y al detenerse, por instinto se bajaron inmediatamente de la misma. Al tratar de auxiliar a Castillo y Valbuena, que venían detrás y aparentemente no llevaban el cinturón de seguridad, se percataron de que se acercaba un camión a cierta velocidad e intentaron alertarlo para que bajara la velocidad y tomara precauciones a través de señales con celular en mano. Quizás la inseguridad y la oscuridad se unieron para que le conductor de la gandola no redujera la marcha, impactando con la camioneta en su parte frontal, incrementando los posibles daños que ya traían los cuerpos de Valbuena y Castillo, que salieron disparados para quedar tendidos sin vida en plena vía.

A todas estas, el bus que traía al grueso del roster del equipo, y la buseta que llevaba a los integrantes del circuito radial y algunos miembros de la gerencia de Cardenales, llegaron al sitio unos 30 minutos después de la tragedia, quedando en “shock” al corroborar la información que vía telefónica se había adelantado.

Se comento que normalmente Valbuena viajaba en al autobús, pero ese día de manera poco inusual, decidió adelantarse y acompañar a Rivero en su camioneta. También hubo versiones de que Castillo habría solicitado “la cola” a otro de sus compañeros, pero por esas cosas de la vida, le tocó venirse en el vehículo siniestrado.

La gerencia de Cardenales activó sus mecanismo para diligenciar lo relacionado con los cuerpos, la salud de Rivero y el protocolo respectivo tanto como sus jugadores como con la  liga, a al cual le solicitarían la suspensión de los juegos pendientes para hoy y mañana en Barquisimeto contra Bravos de Margarita

Todo hace pensar que una vez más, la impunidad con la actúan los “cazadores de humanos” a través de los accidentes que provocan, les permitió salirse con la suya, esta vez afectando a dos notables deportistas, a sus familias, al béisbol y a una sociedad que está harta de la inseguridad de las carreteras.

NB