Luis Arráez entró al juego del sábado como bateador emergente y conectó sencillo remolcador de una carrera, el cual significó la victoria de los Marlins de Miami sobre los Cascabeles de Arizona.
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Arráez tenía una molestia en el dedo índice de la mano izquierda, la cual lo había dejado fuera de la alineación de los Marlins el viernes y el sábado.
Pero Arráez ya está bien, o al menos eso es lo que dice su bateo, ya que conectó otro hit más.
En la parte baja del séptimo inning del encuentro entre Miami y Arizona, con el juego empatado a dos carreras y hombres en las esquinas, el oriundo de San Felipe entró en condición de emergente y pegó un inatrapable hacia el jardín central para darle la ventaja definitiva a su equipo.
Arráez no para de batear, sin importar las circunstancias. Fue su hit número 24 de la campaña, la máxima cantidad en la Liga Nacional, y su sexta carrera impulsada.
Ahora el promedio de bateo del criollo es de .511, el más alto de las Grandes Ligas. Tiene amplia ventaja sobre su más cercano perseguidor (justo ahora es Matt Chapman, con .453, y en la Nacional es Josh Rojas, con .390).
Arráez ha tenido un comienzo de temporada (y comienzo de carrera con los Marlins) espectacular.
Se ha robado el show con su extraordinaria habilidad para batear y ha ganado el respeto y admiración de los fanáticos.
El promedio de bateo de Luis Arráez (.511) es el más alto para un venezolano en sus primeros 14 juegos de una temporada (con un mínimo de 30 apariciones al plato).
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