Tres jóvenes caminaban conversando por una acera del sector III de la Ruezga Norte. Eran las cuatro de la tarde de ayer, cuando un hombre que conducía un carro, los embistió brutalmente, hasta dejarlos tirados en el suelo y con golpes de consideración.

Rafael Guaraney (23); Édgar Valera (20); y Ernesto Parra (23), estaban a punto de llegar a la esquina de la vereda cinco del sector que es donde residen cuando “pum”, el vehículo se los llevó por delante. Los tres jóvenes salieron volando y uno de ellos, que se presume sea Rafael, dio varias vueltas en el piso, y quedó bastante golpeado, tenía heridas en la cabeza, las manos, piernas y se quejaba de fuerte dolor en el abdomen.

Un niño presenció el hecho cuando estaba saliendo de su casa, él y los vecinos describen que el carro era un modelo Granada de color gris.

“Parecía un carro de esos como de rapiditos, era grande y viejo, pero no logramos ver quién manejaba”, recordaba el niño.

El pequeño estaba muy alterado por la escena que tuvo ante sus ojos, él cuenta que el conductor se montó en la acera por la que caminaban los chamos. Tras arrollarlos les pasó por encima, y a consecuencia del golpe los chamos quedaron regados por la calle, entonces el conductor retomó la vía como si nada, aceleró y se marchó del lugar.

Rafael, Edgar y Ernesto, comenzaron a pedir ayuda mientras gritaban y se retorcían del dolor, detallan los vecinos que quedaron sorprendidos cuando se asomaron para ver lo que pasaba.

“¡Un carro los arrolló!”, gritaban los vecinos. Desesperados buscaron carros para llevarlos a Emergencia del Hospital Central.

Tan grande fue el alboroto que más residentes de la zona salieron de sus casas para ver lo que pasaba. En medio del alboroto, vecinos se llenan de miedo porque además decían que por una de las quebradas del lugar había un hombre que estaba armado.

Cuando llegaron al hospital, Rafael caminó, pero apenas vio la camilla se desvaneció, tenía golpes en la cabeza. Édgar gritaba mientras sostenía su pierna derecha visiblemente fracturada.

El drama

Las madres de los chamos y otros familiares llegaron al hospital minutos después. Las mujeres gritaban por toda la Emergencia porque en un principio se creyó que habían muerto.

“Yo quiero ver a mi muchacho, por Dios. Cómo puede haber gente tan mala en este mundo, Señor!”, decía una de las doñas mientras pedía a los policías que la dejaran entrar.

Las mujeres cargaban las uñas pintadas y el cabello bien arreglado para hoy celebrar el Año Nuevo.

Una prima de los jóvenes comentó que se estaban arreglando cuando escucharon los gritos desde la calle y tuvieron que salir corriendo.

Contó que uno de los jóvenes heridos llegó ayer de Panamá, para pasar el Año Nuevo con su familia.

Aunque los jóvenes resultaron con heridas de consideración se supo que estaban estables. A la Ruezga Norte llegaron varios policías municipales para peinar la zona. Se conoció que uno de los primos de los heridos es supuestamente un “petejota” y él se encargó de llamar a los funcionarios.

Información de: La Prensa