Según la FAO: Subalimentación en Venezuela disminuyó a pesar de las sanciones económicas

El logro de Venezuela es importante debido a que desde el año 2014 desde Washington se ha impuesto un bloqueo finaciero y comercial.

En el reciente informe presentado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) denominado “Seguridad alimentaria y nutrición en el mundo”, se desmiente la narrativa de la supuesta “crisis alimentaria” que atraviesa Venezuela.

El informe, que consta de más de 300 páginas, muestra como la cantidad de personas que sufren subalimentación en el país ha disminuido en 2022, comparándola con años anteriores, a pesar de que aún se mantienen las sanciones ilegales por parte del gobierno de Estados Unidos y otras potencias que afectan, entre otras cosas, la seguridad alimentaria de los venezolanos.

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En 2019, dice la FAO, el índice de prevalencia de subalimentación (IPS) era de 31,4%, lo que quiere decir que de cada 100 personas al menos 31 estaban mal alimentadas, según se lee en un trabajo de investigación de Clara Sánchez.

Esto fue tomado por diversos organismos unilaterales y sectores políticos de derecha para impulsar la matriz de una “intervención” ante la emergencia que generaba una crisis humanitaria.

Sin embargo, este organismo de la ONU, en los años 2021 y 2022 hicieron “correcciones” en el IPS de 2019, llevándolo a 27,8% y 24,9%, respectivamente, siendo este último realmente el pico más alto donde se afectaba a un total de 7,1 millones de venezolanos.

Es por ello que si tomamos esta última cifra y la comparamos con 2022 que llegó al 17,9%, o lo que es igual, 5,1 millones de venezolanos padeciendo de subalimentación, vemos que alrededor de 2 millones de personas han salido de esta situación.

“Y además que son otros países de la región, aunque tengan menor IPS, los que tienen mayor cantidad de personas con hambre en América Latina y el Caribe, y para los cuales, nadie se ha atrevido a pedir una intervención humanitaria para atender a esa población”, dice la investigadora, quien recuerda que se mantiene la narrativa de “abrir un corredor humanitario” en Venezuela.

Dice que uno de los casos más emblemáticos es Brasil, país que según la FAO tiene más de 10 millones de personas con hambre y 70 millones en inseguridad alimentaria moderada y grave. Esto es una contradicción debido a que el país es uno de los mayores productores de alimentos de la región.

El logro de Venezuela es importante debido a que desde el año 2014 desde Washington se ha impuesto un bloqueo finaciero y comercial.

“Es la derrota de la estrategia imperial, con la cual se afirmaba cada año que el hambre en Venezuela aumentaba solo por un choque económico, mientras se ocultó constantemente la política de las llamadas sanciones”, asegura.

Se desmonta narrativa

La investigadora también hace una alerta sobre el uso de esta narrativa por parte de personeros de la derecha como María Corina Machado, para utilizarlo como bandera de cara a las elecciones presidenciales del año 2024.

Asegura que en el discurso se está retomando la palabra “hambre” con la finalidad de incentivar la conformación de “voluntariados agroalimentarios” que favorecen a la dirigente de extrema derecha quien está inhabilitada desde el año 2015, año en el que la oposición ganó las elecciones parlamentarias a través de la imposición de dicha narrativa y con el slogan “La última cola”, hecho que desembocó en la creación de un “gobierno paralelo” que fue liderado por Juan Guaidó, quien aceleró una política de saqueo de empresas venezolanas.

Con información de ÚN