Santa Rita de Casia fue una hija obediente, esposa fiel, esposa maltratada, madre, viuda, religiosa, estigmatizada y santa incorrupta; ella lo experimentó todo, pero llegó a la santidad porque en su corazón reinaba Jesucristo

Rita nació en 1381, y su casa natal está cerca del pueblito de Casia, entre las montañas, región del centro de Italia; ella y sus padres fueron analfabetos, pero Dios le concedió a ella la gracia de leer.
Siempre quiso ser religiosa, pero sus padres le escogieron un esposo y ella lo aceptó obediente; no tuvo una vida fácil, fue maltratada por su esposo y vio morir a sus hijos; sin embargo, gracias a su amor a Jesús logró la conversión del marido.
Un día su esposo no llegó a casa y lo encontraron asesinado; los hijos juraron vengar la muerte de su padre y de allí la pena de Rita aumentó más. Ni sus súplicas los hacían desistir; es por ello que, la afligida madre rogó al Señor que salvara a sus hijos y que tomara sus vidas antes que se condenaran con un pecado mortal. Es así como ambos padecieron una terrible enfermedad, y antes de morir perdonaron a los asesinos.

Más adelante, Rita quiso ingresar con las hermanas agustinas pero no fue fácil porque había estado casada y por la sombría muerte de su esposo; se puso en oración y cierta noche oyó que la llamaron tres veces por su nombre, abrió la puerta y se encontró con San Agustín, San Nicolás de Tolentino y San Juan el Bautista, de quien ella era muy devota.
Los Santos le pidieron que los siguiera y después de recorrer las calles sintió que la elevaban en el aire y la empujaban suavemente hacia Casia hasta encontrarse arriba del Monasterio de Santa María Magdalena; allí cayó en éxtasis y cuando volvió en sí estaba dentro del Monasterio y las monjas agustinas no pudieron negarle más el ingreso a la comunidad.
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Hizo su profesión religiosa en 1417, recibiendo duras pruebas por parte de las superioras. Rita recibió los estigmas y las marcas de la corona de espinas en la cabeza; las llagas en ella olían a podrido, lo que hizo que viviera aislada durante muchos años.
Rita murió en el convento agustiniano el 22 de mayo de 1457; siendo su muerte, su triunfo. La herida del estigma desapareció y en lugar apareció una mancha roja como un rubí, la que tenía una deliciosa fragancia. La gente se agrupó en el lugar para mostrar los últimos respetos a su cadáver, que emitía una intensa fragancia dulce (como si hubiera sido embalsamado). Su cuerpo se conserva incorrupto actualmente.

Rita fue Beatificada por el Papa Urbano VIII en 1627, y el 24 de mayo de 1900 fue Canonizada por el Papa León XIII; su memoria litúrgica se celebra el 22 de mayo.
Agelvis Villalonga L.