Omegle, el popular servicio para tener videollamadas con extraños, cerró sus servidores para siempre

“La batalla por Omegle se ha perdido, pero la guerra contra internet continúa (...) gracias a todos los que utilizaron Omegle con fines positivos y a todos los que contribuyeron al éxito del sitio", señala su fundador Leif K-Brooks, en comunicado

Omegle se hizo conocido por youtubers y creadores de contenido. Fue una de las redes más populares durante los primeros años del internet masivo.

Omegle, sitio web en el que los usuarios podían tener videollamadas con personas aleatorias, causó sorpresa este miércoles por la noche al cerrar todos sus servidores luego de 14 años.

La decisión fue tomada por su fundador, Leif K-Brooks, quien escribió un comunicado en la página principal del portal.

¿Por qué cierra Omegle?

El sitio web ahora esta con una imagen de un ataúd con el logo de Omegle y los 14 años de vida del servicio.

Luego, le prosigue el extenso mensaje de K-Brooks, donde inicia explicando cómo impactó internet en su vida, especialmente la capacidad de contactar con cientos de personas y las ideas interesantes que estas tenían.

También explicó que las redes se convirtieron en un refugio ya que, en la vida real, una violación le implantó ese miedo sobre el mundo físico:  “No me hacía ilusiones de que sólo la gente buena utilizaba Internet; pero sabía que, si le decía “no” a alguien en línea, no podría atravesar físicamente la pantalla y apuntarme con un arma a la cabeza, o algo peor”.

Con esta premisa es que nace Omegle, un portal que se volvió importante desde su lanzamiento.

“Lancé Omegle cuando tenía 18 años y todavía vivía con mis padres. Estaba destinado a aprovechar las cosas que amaba de Internet, al mismo tiempo que introducía una forma de espontaneidad social que sentía que no existía en ningún otro lugar. Si Internet es una manifestación de la ‘aldea global’, Omegle estaba destinado a ser una forma de pasear por una calle de esa aldea y entablar conversaciones con las personas con las que te topabas en el camino”, señala. 

“La premisa era bastante sencilla: cuando usabas Omegle, te colocaba aleatoriamente en un chat con otra persona. Estos chats pueden ser tan largos o tan cortos como usted elija. Si no desea hablar con una persona en particular, por cualquier motivo, simplemente puede finalizar el chat y, si lo desea, pasar a otro chat con otra persona. Era la idea de ‘conocer gente nueva’ resumida casi hasta su ideal platónico”.

Tras una serie de anécdotas y la explicación de cómo combatió los males que afrontó la plataforma, Leif prosiguió a explicar por qué decidió cerrar su creación.

“En los últimos años, parece que el mundo entero se ha vuelto más irritable. Quizás eso tenga algo que ver con la pandemia o con desacuerdos políticos. Cualquiera sea la razón, las personas se han vuelto más rápidas para atacar y más lentas para reconocer la humanidad compartida de los demás. Un aspecto de esto ha sido un aluvión constante de ataques a los servicios de comunicación, incluido Omegle, basados ​​en el comportamiento de un subconjunto malicioso de usuarios”, refiere.

“He hecho todo lo posible para resistir los ataques, teniendo en cuenta los intereses de los usuarios de Omegle (y el principio más amplio). Si algo tan simple como conocer gente nueva al azar está prohibido, ¿qué sigue? Esto está muy alejado de cualquier cosa que pueda considerarse un compromiso razonable del principio que esbocé. Las analogías son una herramienta limitada, pero una analogía con el mundo físico podría significar cerrar Central Park porque allí ocurre el crimen –o quizás, de manera más provocativa, destruir el universo porque contiene el mal. Una sociedad sana y libre no puede perdurar cuando colectivamente nos tenemos tanto miedo unos a otros”, añade. 

“Desafortunadamente, lo correcto no siempre prevalece. Por mucho que desearía que las circunstancias fueran diferentes, el estrés y los gastos de esta lucha (junto con el estrés y los gastos existentes de operar Omegle y luchar contra su mal uso) son simplemente demasiado. Operar Omegle ya no es sostenible, ni financiera ni psicológicamente. Francamente, no quiero tener un ataque al corazón cuando tenga 30 años”.

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K-Brooks asegura que la batalla por Omegle se ha perdido, pero la guerra contra internet continúa. Cerró el comunicado agradeciendo a los millones de usuarios que pisaron la plataforma. “Desde el fondo de mi corazón, gracias a todos los que utilizaron Omegle con fines positivos y a todos los que contribuyeron al éxito del sitio de alguna manera. Lamento mucho no poder seguir luchando por ti”.

Con información de Globovisión