La mansión de Barry y Honey Sherman, estaba en venta el 15 de diciembre de 2016, cuando el agente inmobiliario, quien debía reunirse con ellos, entró a la casa y los encontró muertos, en uno de los lugares más reservados de la casa, el sótano, donde hay una piscina en su interior.

La muerte de los Sherman no pasaría inadvertida para la comunidad canadiense, ya que eran multimillonarios y estaban ligados con la clase política y económica de ese país, así reseñó Infobae. La pareja era dueña de una farmacéutica multinacional que el mismo Barry había levantado desde hacía muchos años atrás.

Sin embargo, los investigadores llegaron a pensar que existió un pacto suicida entre ambos, pero sus hijos y familiares no creyeron dicha versión, dicen que no correspondía con el perfil de ambos. La policía catalogó el caso como “sospechoso”.

Los hijos de la pareja, comenzaron a hacer sus propias investigaciones y contrataron a investigadores privados para que pudieran determinar que ocurrió con la muerte de sus padres. El equipo de investigación, descubrió que ambos fueron ahorcados con cinturones de cuero, y que después fueron amarrados alrededor de la barandilla de la piscina. Un forense determinó que habían muerto por “compresión de ligadura del cuello” o estrangulación.

También determinaron que antes de ser ejecutados estuvieron atados, sin embargo no se encontraron las cuerdas. Igualmente, indicaron que posiblemente podían haber sido ejecutados la noche del 13 de diciembre, luego de que Honey, llevara la misma ropa con la que fue vista ese mismo día. Se presume que tenían conocimiento de que iban a ser aniquilados.

Se pudo conocer, que la mujer había peleado con sus verdugos ya que presentaba rastros de sangre con cortes en la nariz y en sus labios, pero no era mucha, lo que podría presumir que la madre estuvo boca abajo antes de ser atada a la barandilla en forma vertical. Se cree que participaron más de un sicario en este caso.

 

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