Los bulevares de las ciudades principales del país estan repleto de comerciantes informales que ofrecen todo tipo de productos en dólares en una Venezuela en crisis económica. Es una especie de juego diario, entre la poca venta y el soborno de policías por no tener los permiso necesario antes la ley.
“A un dólar, un dólar, un dólar”, se escucha al fondo y prácticamente en coro en el bulevar de Catia, en el oeste de Caracas. La voz de un adolecente que está parado a ras de la avenida y tiene en la mano chocolates para la venta.
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A pesar del escaso beneficio, asegura que “se obtiene más dinero trabajando en la informalidad que en una empresa”.
Según explica, en una empresa “tienes que hacer hasta el trabajado de ocho personas porque no hay empleados (…) se fueron por el sueldo (…) no tiene sentido (…) cuando cobras no te alcanza”, alega los trabajadores informales.
A unos pocos metros de Eduard está Anderson Sánchez, 30 años, que dice a EFE que, desde hace cuatro años, prefiere la economía de calle que los beneficios de un trabajo formal.
Mientras las autoridades utilizan métodos de regulación para que estas personas en la semana radicales no se produzca gran cantidades de persona, así asegurar a la población las medidas preventivas en contra del Covid19.
Con informacion de: EFE
