Todos los Domingos de Resurrección es común ver en algunos parajes de Venezuela y especialmente en los barrios de las distintas ciudades, la famosa Quema de Judas.

El motivo original es recordar la traición de Judas a Cristo, y simbólicamente en nuestro país, alude a la traición del personaje escogido para ser el Judas, a su pueblo, comunidad o hasta el país.

El “Judas”, en cuestión, es un muñeco elaborado con telas, ropas viejas y trapos, relleno con fuegos artificiales que aportan los participantes de la quema de cada comunidad, estos fuegos artificiales son explotados una vez el Judas es ahorcado y se quema.

Generalmente se hace el muñeco de cuerpo entero y se viste con zapatos y trajes usados, se le colocan lentes, guantes y distintos accesorios, que aportan y colocan los integrantes de la comunidad que lo crean.

A veces y en muchas localidades eligen a algún personero del Gobierno o a un mandatario extranjero para ser quemado como al apóstol que traicionó a Jesús.

En Caracas es muy famosa la Quema de Judas de El Cementerio. Es una tradición que aún perdura en los anales de la capital.

Según el portal Venezuela Tuya, esta tradición se dice que es tan vieja que se cuenta que el primer Judas quemado en Venezuela se realizó en Cumaná en el año 1499 y fue representando como Américo Vespusio, cuando este se presentó con espejitos y baratijas para ser cambiadas por perlas y hacer que los indios le construyeran un bergantín.

La embarcación fue construida y en ese mismo bergantín se marchó Don Américo y jamás regresó, los indios en vista de que el conquistador no regresaba decidieron hacer una especia de espantapájaros y colocarlo en el sitio donde se fabricó la barraca de Don Américo, allí le prendieron fuego y bailaron al son de los tambores y chirimías.

Posteriormente durante la Capitanía general de Venezuela cuando algún personaje cometía algún error esperaban su caída y lo judaizaban. Se cree que el primer Judas de Caracas se quemó en el año 1801 y luego se hizo común en nuestro pueblo quemar a Judas el Domingo de Resurrección.

Cortesía de Globovisión