Barquisimeto, al igual que las principales ciudades de Venezuela, sufre los rigores de la falta de combustible que ha provocado escenas de “caos y anarquía” alrededor de las estaciones de servicio, donde las colas de carros son kilométricas las 24 horas del día.
Durante el fin de semana pasado la desesperación invadió a las personas que hacían cola en la bomba ubicada de la calle 19 con carrera 12, al ver frustrada la posibilidad de “echar por lo menos 30 litros de gasolina que les permitiera rodar unos días”.
Tras horas de espera en medio del calor, la incertidumbre y la incomodidad, se escuchó la terrible noticia que alteró los ánimos de hombres y mujeres, víctimas de la crisis económica que agobia al país: “Se acabó, no tenemos más gasolina”, expresó con cierto temor el despachador de turno, quien sin mirar a los presentes se retiró hacia una esquina de la estación de servicio para contar la faja de billetes que acumulo durante su jornada de trabajo, gracias a las propinas de los clientes que siempre pagan más de lo que cuesta la gasolina “más barata del mundo”.
Solo pasaron varios segundos después de ese “tétrico anuncio”, cuando varias personas cansadas de tan larga espera, estallaron de rabia y sin importar la presencia policial, arremetieron contras las instalaciones de la bomba, “picando” las cinco partes mangueras de los surtidores del combustible.
Todo pasó en menos de cinco minutos, ante la incrédula mirada de los presentes. No hubo detenidos. Nadie opuso resistencia a aquella acción violenta, propia de la impotencia del ser humano cuando no puedes lograr algo tan normal como es echar gasolina. Los funcionarios de seguridad estaban allí, pero era como si no estuvieran. Se retiraron del lugar como si nada hubiera pasado.
Las mangueras tienen un costo mayor a los 300 dólares y decidieron en la estación de servicio trabajar con algunas mangueras usadas. “Así medio funcionamos solo tendremos activas dos islas de todas las que disponemos”, dijo una persona vinculada a la administración de la bomba.
Ojala y estas escenas de violencia no se repitan mas, en el país con las mayores reservas de petróleo en el mundo, hoy sumido en una crisis política y económica, donde las sanciones, el bloqueo y la corrupción, son parte de las excusas para justificar tan dramática situación.
