Representantes hacen un llamado a las autoridades para su rehabilitación general.
Con un matricula que supera los 1280 alumnos como educación básica – diversificada y durante los fines de semana como Universidad Francisco de Miranda, donde se dictan 7 carreras. Las instalaciones del Liceo Lisandro Alvarado ubicado en la carrera 15 entre calles 32 y 33 “se caen a pedazos.” Falta de mantenimiento, pintura, filtraciones, cerca perimetral y paredes de mírense y no se toquen, es el día a día de los estudiantes, trabajadores y personal administrativo y docente del plantel.
La institución educativa que es icono de la región larense y que cuenta con dos distinciones por su valor arquitectónico y trayectoria, presenta desde hace varios años un total deterioro que, a pesar de las diferentes diligencias realizadas por los representantes y personal de la institución, aún no ha sido la prioridad para los gobernantes regionales ni nacionales.
“Algunas de las aulas han sido clausuradas, el deterioro es tal que no pueden estar habilitadas, hay muchas filtraciones y por ser una estructura antigua con casi 200 años de construcción es necesario que acudan a evaluar las instalaciones, el personal y los estudiantes corren peligro ya que los árboles son altos, de larga data y pueden ceder.” Detalla una de las representantes del Liceo Lisandro Alvarado quien se encontraba en el plantel educativo esperando una reunión.
Se pudo conocer, que ante las malas condiciones y la falta de respuestas los representantes han ido buscando diferentes opciones, entre ellas la solicitud ante las brigadas comunitarias (Bricomiles) y por medio de la aplicación Venapp, pero aún no se tiene respuesta al respecto.
“Mientras el tiempo pasa, los alumnos y las personas corren diferentes riesgos, es lamentable que un plantel educativo icono de la ciudad, construido mediante el gobierno de Isaías Medina Angarita, no se le haga un seguimiento y funciones en tan malas condiciones.” Señala Josefa González habitante de la carrera 15.
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Por último, es importante resaltar que el liceo fue diseñado para servir como hospital o albergue en casos de catástrofe. De hecho, en 1950 se utilizó como refugio de los damnificados del terremoto que devastó a El Tocuyo, la ciudad madre de Venezuela, hoy en día tiene 187 años, infraestructura que a pesar de su larga data aún se puede rescatar para continuar con su habitual funcionamiento.
Zuleydy Márquez / Noticias Barquisimeto
