Calabozos en caos por falta de electricidad y de agua

A partir del apagón eléctrico más grande en la historia de Venezuela, ocurrido el 7 de marzo, que impactó en simultáneo a los 23 estados del país y el Distrito Capital, hemos visto como en los últimos meses  se ha acentuado la crisis eléctrica y de servicios públicos en todos los ámbitos de nuestra vida nacional.

Hemos querido investigar cómo se han visto afectados los Centros de Detención Preventiva (CDP) a propósito de de la falta crónica de agua que se ha registrado y de los reiterativos cortes de luz que sufren todas las regiones del país.

En esta edición titulada Calabozos en caos por falta de Electricidad y de agua,podremos captar cómo se le detiene la vida a los presos durante la forzada oscuridad, no solo de parte de los funcionarios a nombre del resguardo del orden, sino a nombre de sus mismos grupos pares que los someten a la paralización física en resguardo de la vida del pran y del sostenimiento del gobierno que impere en las celdas.

Una Ventana a la Libertad, en su informe 2018, denunció que el  49% de los 176 CDP estudiados no contaban con servicio de agua potable, el 33% no poseía baños, duchas, iluminación.  Levantamos la voz para denunciar la violación de los DDHH a la salud, alimentación e higiene de las personas detenidas en los CDP.

Como producto del sondeo realizado por nuestros investigadores para la realización de este boletín, hemos apreciado como en los meses de marzo y abril, en el 100% de las instalaciones visitadas se ha acentuado el deterioro de las pautas de aseo, alimentación y hasta del movimiento corporal de quienes sobreviven en el inframundo de los Centros de Detención Preventiva del país

Nos alarma la multiplicación de la desnutrición y de las enfermedades en la piel, urinarias, gástricas, respiratorias  y de otras de índole denunciadas a nuestro equipo de investigación. Los constantes y prolongados cortes del suministro  eléctrico y el permanente racionamiento de agua en los CDP, apuntan al colapso físico y mental de presos, familiares, funcionarios, abogados y visita, que directa o indirectamente mantienen contacto con estos campos de concentración, inaceptables, de esta Venezuela de finales de  la segunda década de este siglo XXI.

Una Ventana por la Libertad