Barquisimetanos “guindan hamacas” para sortear las noches en las colas de la gasolina

En relación al suministro del combustible en la entidad ha sido una semana compleja para los propietarios y conductores de vehículos y motos, quienes se han visto en la obligación de pasar días y noches en colas de gasolina para intentar surtir y poder dedicarse a sus labores cotidianas de trabajo, estudios, médicas o simplemente de esparcimiento.

Al frente del volante de cada vehículo no solo se encuentra un dato estadístico, sino que también de allí se desprenden historias citadinas de personas que de una u otra manera tienen diferentes perspectivas, pero que coinciden en un punto: Gastar tiempo de vida.

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Vendedores ambulantes aprovechan de hacer recorridos para vender su mercancia a quienes hacen la cola de la gasolina.

Tal es el caso de Miguel Reinoso y Carlos Mendoza, ambos acuden a la misma iglesia y suelen verse y conversar con cierta regularidad durante el servicio, sin embargo, no habían tenido la oportunidad de compartir de una manera mas estrecha. Ambos, se pusieron de acuerdo para surtir combustible y coincidieron en la Av. Venezuela al frente de un reconocido concesionario para adentrarse en la fila para la estación de servicio San Luis del Este, al lado del Sambil Barquisimeto.

Aproximadamente a las 05:30 p.m. del jueves llegaron y nada más pudieron recorrer algunos cientos de metros hasta que se detuvieron los vehiculos alrededor de las 08:00 p.m. cuando les avisaron que se había acabado la gasolina. Reinoso quien se había preparado para cualquier contingencia, sacó dos sillas, un sueter, algunos panes, unos metros de mecate más una hamaca para pernoctar.

Con tal casualidad que justo su vehículo quedó en medio de dos árboles frondosos donde guindó los mecates y así descansar “Siempre nos vemos en la iglesia, pero ahora estamos compartiendo bastante. Aquí pasamos gran parte de la noche conversando sobre la palabra de Dios y el propósito que Él tiene en nuestras vidas”.

Carlos Mendoza, su compañero de pernocta en la Av. Los Leones dijo “El tiempo nos ha pasado rápido porque estamos hablando de Dios, el tiempo fluye y uno no se da cuenta”.

Sin embargo, Reinoso lamentó no haber podido llevar hoy a su hijo a la academia de béisbol donde entrena cada mañana “Un día perdido para un atleta de alto rendimiento es como si hubiese faltado una semana”.

Además es aficionado al tenis, nos confesó que por estar en la cola se perdió ver la semifinal del Roland Garros entre Novak Djokovic y Carlos Alcaráz, “Estaba siguiéndola por internet pero perdí la señal y ahora no sé como va el juego” mientras le pedía a su compañero que “le compartiera datos” para saber como había terminado el compromiso.

“Esto afecta todo, a pesar que pasé bien la noche espero no guindar mas la hamaca y surtir gasolina pronto”, concluyó el hombre de Dios.

Ely Saúl Sequera / Noticias Barquisimeto