Yoldani Jhoan José Silva Pimentel estuvo en la cúspide del deporte para personas discapacitadas; en los juegos paraolímpicos de Beijing 2008 (la máxima cita mundial de cualquier deportista) fue protagonista en el atletismo al lograr una medalla de plata, pero su trayectoria como atleta quedó empañada por el abuso sexual al que fue condenado y del cual deberá pagar 15 años en el centro penitenciario David Viloria, mejor conocido como Uribana.
Este hombre de 33 años quien nació y se crió en el barrio El Trompillo sufría de discapacidad visual, pero eso no lo frenó en su intención de ser uno de los mejores atletas de Lara. Formado en las pistas del polideportivo Máximo Viloria participó en campeonatos nacionales, mundiales, panamericanos y en los paraolímpicos de China en la modalidad de revelo 4X100 metros y según su página de Facebook, el hoy privado de libertad se preparaba para ir a Tokio 2020. Yoldani también se dedicaba al crossfit en Barquisimeto y según una entrevista en 2011 publicada por un sitio web dijo que era casado.
El presunto abuso sexual que cometió ocurrió el 18 de septiembre de 2016. Según una nota de prensa del Ministerio Publico, Silva esperó que su cuñada, de la que se desconocen datos, se durmiera y luego se inclinó sobre ella. La muchacha despertó y sintió incomodidad en sus partes intimas. Silva le hizo señas que hiciera silencio e introdujo varios dedos en su vagina.
La dama lo empujó y salió corriendo, advirtiéndole a sus familiares lo que le había pasado y yendo con ellos hasta el Hospital Militar de Barquisimeto, donde se le diagnosticó equimosis en zona himeneal, un eritema a nivel de horquilla vulvar, así como la laceración en horquilla y su himen.
La Fiscalía tercera procesó la denuncia de la víctima y solicitó el 18 de abril de 2017 la orden de aprehensión contra Silva Pimentel, que fue materializada horas después en la residencia por funcionarios del Cicpc. Dos años después se le practicó el juicio y allí fue condenado por el delito de violencia sexual agravada.
Jennifer Orozco | LA PRENSA de Lara.-
