Seis tiros entre el rostro y el pecho recibió Sandy Anderson Arriechi Suárez (43), alias “Picure”, a las 2:00 de la mañana del lunes en el sector III de La Ruezga Norte. El hombre supuestamente era mecánico de motos, pero últimamente se había vuelto “ratero” y tenía azotada la zona.

Según su hermana, quien no reveló su nombre, Sandy pasó todo el domingo en su casa tranquilo, pero a la 1:00 de la madrugada del lunes salió. A las 2:00 de la mañana se escuchó una ráfaga de tiros a unas cinco cuadras de su casa, alguien asesinó a Sandy, quien supuestamente andaba robando.

El hombre quedó tirado bocarriba a mitad de la vereda 48. Vestía mono deportivo negro, franela negra y zapatos deportivos rotos. En su mano izquierda tenía una gorra roja con gris y en su mano derecha un saco plástico que era de un jabón y donde aparentemente estaba guardando las cosas robadas.

Los vecinos después de escuchar la ráfaga de disparos se asomaron para saber quien era. Algunos lo reconocieron como el hombre que hace una semana se había robado los cauchos de un vehículo de esa misma calle.

En esta oportunidad al parecer había hurtado una ropa deportiva, unos monos y franela, pues eso estaba dentro del saco azul que cargaba.

Ese andaba de ratero, ya lo habíamos denunciado. No andaba armado, pero le gustaba andar de madrugada y agarrar lo que encontrase en los porches de la casas”, dijo una vecina quien revela que a ella le llevó la bomba del agua.

De su familia nadie sabía de su paradero hasta las 8:00 de la mañana, cuando un vecino más cercano a su casa, llamó a su hermana. “Aquí está Sandy tirado, vénganse rápido”, le dijo el hombre, pero no le dijo a la hermana que estaba muerto.

Cuando la señora llegó y vio el cuerpo quedó en shock. Ella junto a su hija buscaron una sábana blanca para cubrirlo del sol y de los curiosos que cada vez eran más.

La señora cuenta que Sandy había sido mecánico de motos por muchos años, pero tenía una actitud rebelde. Al parecer le gustaba la bebida y desde hace algunos meses tenía unos amigos que eran hampones, quienes lo empujaron a cometer fechorías.

La hermana confiesa que ya Sandy tenía muchos meses dándole mala vida a su mamá, que es una señora mayor, pero fue quien lo recibió en su casa, luego que se separó de su esposa.

El hombre nunca había estado detenido y al parecer su conducta delictiva tenía pocos meses. La hermana desconoce si lo hacía por necesidad, pues su situación económica no era la mejor desde hace un año.

Su esposa ya no tenía mucho contacto con él, pero tenían en común cuatro hijos, uno ya mayor y otros tres de 5, 3 y un año de edad. Sus familiares exigen investigar para saber quien es el responsable del homicidio.

Nota de: La Prensa