El papa Francisco ha promulgado este miércoles el decreto por el que se reconoce un segundo milagro por la intercesión de Pablo VI, por lo que este Papa será proclamado santo, según ha informado esta mañana la oficina de prensa del Vaticano. Aunque no se ha comunicado la fecha de la canonización, esta podría celebrarse a finales del próximo mes de octubre en Roma, al final del Sínodo de Obispos sobre los Jóvenes, convocado del 3 al 28 de octubre, según ha adelantado el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin. Pablo VI, cuyo pontificado fue de 1963 a 1978, creó el Sínodo de Obispos, las asambleas de los prelados llegados de los cinco continentes al Vaticano.

Pablo VI será el tercer papa que canoniza Francisco, después de san Juan XXIII y san Juan Pablo II. La beatificación de Pablo VI también fue autorizada por el papa Francisco: se celebró el 19 de octubre de 2014 en una misa que fue la ceremonia de clausura del Sínodo extraordinario sobre la familia. Pablo VI fue el primer Papa viajero y, por tanto, el primero en visitar Tierra Santa, y emprendió viajes por los cinco continentes. Sufrió un atentado, en 1970, cuando un pintor boliviano le hirió con dos puñaladas a su llegada al aeropuerto de Manila. La camiseta ensangrentada fue la reliquia que se expuso en su ceremonia de beatificación, celebrada en la Plaza de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano.

Pablo VI es considerado también el Papa del diálogo y la reconciliación entre las diferentes Iglesias. Prueba de ello fue el histórico gesto del abrazo con el entonces patriarca Atenagoras, abriendo el camino de reconciliación entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, después de más de 500 años del cisma de Oriente.  A él se debe la Humanae Vitae, que incluía la postura de la Iglesia católica hacia el aborto, sobre el control de la natalidad y los métodos anticonceptivos. El primer milagro atribuido a la intercesión de Pablo VI, y que le permitió ser beatificado, fue la curación de un feto en los primeros años de la década de los 90 del pasado siglo en California, después de que se diagnosticase que tenía graves problemas cerebrales, pero la madre se negó a abortar y el niño nació sin problemas.

El milagro reconocido para su canonización, según han explicado medios locales, es el de Amanda, una niña nacida el 25 de diciembre de 2014 en Verona (Italia), con apenas 24 semanas de gestación, pero que sobrevivió. A las 13 semanas la placenta se rompió vaciándose de líquido amniótico por lo que los médicos le aconsejaron abortar, pero la madre se negó y continuó su embarazo.

El papa Francisco tambíen ha firmado el decreto del milagro por intercesión del arzobispo de San Salvador Oscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 por los escuadrones de la muerte mientras celebraba una misa, y por el que será proclamado santo. La beatificación de Romero se había proclamado ya con un decreto en el que se reconocía el “martirio” de Romero in odium fidei, es decir, que fue asesinado por “odio a la fe” y por tanto sin necesidad de un milagro.

El Papa se reunió este martes con el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, para aprobar algunos decretos entre los que también se encontraba el del milagro para la canonización del papa Pablo VI.

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