El balear pasa por decimosexta vez a cuartos del torneo donde se encontrará con Djokovic, su último verdugo en la tierra de París.
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Rafael Nadal sigue los pasos de Novak Djokovic y toparán el martes en la Philippe Chatrier por un puesto en las semifinales de Roland Garros.
El balear se vio obligado a remontar su partido con Felix Auger-Aliassime para acabar decantando la balanza a su favor por 3-6, 6-3, 6-2, 3-6 y 6-3.
Mientras Djokovic descansaba en sus aposentos, su siguiente rival se dejó 4 horas y 21 minutos de tensión máxima porque Aliassime le tuvo contra las cuerdas.
Felix tenía claro que a su condecorado adversario le falta la movilidad del pasado y le machacó a dejadas y a tiros angulados que le obligaron a correr de un lado a otro.
Nadal desaprovechó las tres primeras bolas de ‘break’ en el tercer juego. Le contestó su rival fabricándose la primera inmediatamente después. La convirtió y disparó el marcador hasta el 4-1.
Un partido especial para los dos jugadores por el nexo de unión que tienen con Toni Nadal. El tío y mentor del campeón de 21 grandes ganó 16 de ellos bajo la dirección del preparador mallorquín. Ahora es colaborador técnico del canadiense y siguió tranquilamente el duelo en primera linea del palco de cla Phillippe Chatrier.
En el banquillo de Aliassime estaba su entrenador de siempre, el francés Frederic Fontang. Los partidos con Nadal en Roland Garros son muy largos y tenía mucho margen de reacción. Pero se le escapaban demasiadas bolas de ‘break’: 0/6.
Se encendían las alarmas cuando el rey de la tierra cedía su primer set en el torneo. Su lenguaje corporal no era el mejor y sus tiros no lograban desbordar al adversario.
Era una obviedad que el desenlace de la segunda marca podía marcar el futuro de Rafa en un torneo al que llegó con el tiempo justo por la fisura en las costillas de Indian Wells y la recaída en sus molestias en el pie de Roma.
Los dos protagonistas firmaron una tregua hasta que Nadal rompió las hostilidades con una rotura que le permitía firmar las tablas.
Aliassime empezó a notar desde entonces el peso de la historia de su rival en la monumental central parisina. El tercer set empezó con el cuarto ‘break’ del campeón de 21 grandes.
Sabía que cualquier minuto de más contaba para la recuperación de cara al siguiente compromiso. El norteamericano no se iba a rendir tan fácilmente y se situó con un 3-1 y servicio. Mantuvo esa cómoda renta hasta el 5-2 y firmaría las tablas.
Nadal se veía abocado al trigesimoctavo partido de su carrera a cinco sets. El balance era de 24 ganados y 13 perdidos. Dos de esos triunfos se habían dado entre las cuatro paredes del Bois de Boulogne.
En la grada había un referéndum por saber quién era el favorito de la afición. Rafa tenía la suerte de empezar sacando. La presión era más para Aliassime, que sacaba mejor que nunca hasta que se arrugó en el momento decisivo. Este llegó en el octavo asalto de la manga de desempate. Las siete vidas de Nadal brindarán este martes el capítulo 58 de la mayor rivalidad de la historia.
“Ha sido increíble jugar aquí con un ambiente impresionante”, decía a la conclusión. Ya son 109 las victorias en la capital gala. “Felix es uno de los mejores jugadores del mundo, tiene potencia y movilidad. Le deseo lo mejor”.
Diario Marca
