Las autoridades de Tailandia no deportarán a la joven saudita de 18 años que dijo estar “atrapada” en el Aeropuerto Internacional de Bangkok tras haber intentado escapar de sus familiares.
Rahaf Mohammed al-Qunun se encuentra ahora bajo el cuidado de funcionarios del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) que la han sacado del aeropuerto y llevado a “un lugar seguro”.
La agencia asegura que estudiarán su caso para llegar a una solución inmediata.
En un tuit, ella misma aseguró este lunes que se siente mucho más tranquila en manos de la ONU y con el acuerdo al que la agencia ha llegado con las autoridades tailandesas. También aseguró que ya le habían regresado su pasaporte.
Hey I’m Rahaf. My father just arrived as I heard witch worried and scared me a lot and I want to go to another country that I seek asylum in
But at least I feel save now under UNHCR protection with the agreement of Thailand authorities. And I finally got my passport back🙏🏻❤️ pic.twitter.com/pQER7HDVi7— Rahaf Mohammed رهف محمد القنون (@rahaf84427714) 7 de enero de 2019
Las autoridades migratorias tailandesas habían tratado el lunes de regresar a la mujer a Kuwait, donde reside la mayoría de su familia, a pesar de que la joven había dicho que corre peligro de muerte si regresa.
La joven dijo haber tomado un vuelo por su cuenta el sábado, con el objetivo dellegar a Australia, haciendo escala en Bangkok, con la esperanza de solicitar asilo.
Pero, según le contó a la BBC, su pasaporte fue confiscado por un diplomático de Arabia Saudita cuando aterrizó en el aeropuerto tailandés, supuestamente tras una alerta de su familia, lo que la embajada saudita en Bangkok niega.
En peligro
Mohammed al-Qunun dice que renunció al Islam y que teme ahora que su familia la obligue a volver a Arabia Saudita, en donde sería encarcelada “y seguro me matarán cuando salga”.
“Mi vida está en peligro. Mi familia amenaza con matarme por las cosas más triviales”, dijo.
Y cuando este lunes las autoridades tailandesas trataron de embarcarla en un avión con rumbo a Kuwait, la joven se encerró en la habitación de su hotel en el aeropuerto.
Pronto varios grupos de derechos humanos, incluido Human Rights Watch, dieron muestras de preocupación por el caso de la joven saudita.