Tres días después de que el gobernador Ron DeSantis firmara la medida, los grupos de defensa LGBTQ, los padres, estudiantes y un maestro presentaron una demanda federal el jueves desafiando una nueva ley que incluye la prohibición de la instrucción sobre la orientación sexual y la identidad de género en los primeros grados escolares.
La demanda, presentada en el Distrito Federal del Norte de la Florida, busca interceptar a la Florida para que no siga adelante con la ley, que entrará en vigor el 1º de julio. Mientras que DeSantis y los legisladores republicanos titularon el proyecto de ley “Derechos de los padres en la educación”, los críticos lo apodaron el proyecto de ley “no digas gay”.
DeSantis, la Junta Estatal de Educación, el Departamento de Educación del estado y el comisionado de educación Richard Corcoran son nombrados como demandados, junto con las juntas escolares de los Condados Manatee, Sarasota, Miami-Dade, St. Johns y Jackson. La impugnación se centra en una parte de la ley (HB 1557) que prohíbe la enseñanza de la orientación sexual y la identidad de género desde el jardín de infancia hasta el tercer grado y exige que dicha enseñanza en los grados superiores sea apropiada para la edad de acuerdo con las normas académicas estatales.
Los abogados de los opositores, incluido el grupo de defensa LGBTQ Equality Florida, argumentan en la demanda que la medida es discriminatoria y “apunta a orientaciones sexuales e identidades de género que difieren de las identidades heterosexuales y cisgénero”. La demanda, de 80 páginas, alega que la ley viola los derechos constitucionales de libertad de expresión e igualdad de protección. Además, sostiene que la ley viola los derechos del debido proceso debido a la “vaguedad”.
“La ley H.B. 1557 acumula una violación sobre otra. Ofende los principios de libertad de expresión e igualdad de protección al tratar de censurar los debates sobre la orientación sexual o la identidad de género que reconocen y respetan a las personas LGBTQ y sus familias. Atenta contra el debido proceso al usar términos amplios y vagos para definir sus prohibiciones, invitando así a una aplicación discriminatoria y magnificando su efecto amedrentador sobre la expresión. Y surge de propósitos discriminatorios y estereotipos anticuados basados en el género que ofenden requisitos constitucionales y estatutarios profundamente arraigados”, dice la demanda.
La demanda señala otras partes de la ley de la Florida que exigen un “sistema de educación uniforme, seguro, eficiente y de alta calidad” que “se ofrezca sin discriminación” por factores como la raza, la etnia, el género, la religión o el estado civil. También citó los “esfuerzos de inclusión” de los distritos escolares locales que se centraron en los estudiantes LGBTQ. DeSantis y los partidarios republicanos del proyecto de ley han defendido enérgicamente la medida y disputado el apelativo de “no digas gay”.
