Hacer deporte durante un proceso contra el cáncer, es clave para la recuperación

La actividad física, intensa o moderada, y el deporte tiene importantes beneficios para la salud, para el cuerpo y para la mente y mejora el bienestar general, por lo que también puede tener repercusiones positivas durante un proceso de cáncer.

Reduce los síntomas de depresión y ansiedad. Mejora las técnicas de razonamiento y aprendizaje y ayuda a prevenir y controlar enfermedades cardiacas, accidentes cerebro-vasculares, la diabetes, la hipertensión o a mantener un peso corporal saludable, para resumir, la actividad física mejora el bienestar general.

La actividad física más habitual es caminar, seguida por montar en bicicleta, pedalear, subir o bajar escaleras, practicar algún deporte y participar en actividades recreativas y juegos que se pueden realizar con cualquier nivel de capacidad.

Es suficiente caminar 30 minutos diarios, no vale pasear, cinco días a la semana para mantener una actividad física regular.

El cambio en el metabolismo que provoca el ejercicio físico lo transforma en un factor antitumoral que contribuye a disminuir la incidencia de algunos tipos de cáncer, especialmente de mama y de colon además de cáncer ginecológico, leucemias, linfoma y cáncer de próstata.

Existe la creencia entre algunos pacientes con cáncer de que la mejor manera de reponerse a los efectos secundarios que tienen los tratamientos oncológicos es estar en reposo.

Sin embargo, “el sedentarismo aumenta la debilidad muscular que, a su vez, provoca cansancio, acumulación de grasa corporal, disminución de la autoestima y la motivación, sin embargo, el ejercicio mantiene el tono muscular, contrarresta la debilidad que ocasiona el tratamiento oncológico, ayuda al descanso nocturno e incrementa el apetito”, explica el doctor Joseba Rebollo, oncólogo.

Deporte para prevenir un segundo cáncer

Está demostrado que estar físicamente activo, llevar una dieta saludable y mantener el peso corporal adecuado, reduce el riesgo de tener un segundo cáncer.

Por eso, los especialistas recomiendan a los pacientes oncológicos que mantengan una actividad física regular tanto como sea posible, empezando poco a poco e ir aumentando la intensidad y el tiempo de ejercicio para fortalecer la musculatura y la resistencia.

Cualquier opción que se elija, tendrá mejores resultados si se realiza en familia o con amigos y al aire libre, mejor que en un sitio cerrado.

Con información de EFE Salud