“¿En cuánto recibes los dólares?” La pregunta de moda en el consumidor venezolano

Los consumidores se enfrentan a distintos problemas a la hora de cancelar. Bolívares, dólares y pagos electrónicos se combinan, pero a veces no es suficiente tener todos los instrumentos de cancelación.

Ya no basta con tener los recursos, que en un escenario de recesión con hiperinflación se vuelve un problema para la gente, sino que deben tenerse además un abanico de opciones para cancelar los consumos que a diario se hagan.

En medio de una dolarización de facto existen diversos temas a resolver para pagar los consumos de bienes y servicios que están siendo calculados en divisas, lo que no los releva de un constante ajuste en sus precios en moneda dura.

Buena parte de las empresas en el país pagan bonificaciones en divisas para sostener el talento y la mano de obra calificada, bonificaciones que son fundamentalmente hechas en efectivo y con los billetes de mayor circulación, los de 20, 50 y 100 dólares.

Aquí comienza un problema a la hora de cancelar los bienes y servicios.

Además de pensar en cuánto es su presupuesto, el consumidor comienza a hacer cuentas que tienen que ver en cómo puede gastar esas divisas, porque “el vuelto” se ha convirtió en un problema.

Son pocos los locales que disponen de “sencillo” en divisas para poder atender una venta de 3, 7, 12 o 17 dólares. Allí llega la exigencia de que el gasto sea una “cifra redonda”.

“¿En cuánto recibes los dólares?”, es la pregunta obligada al llegar a un local y luego calculadora en mano se van haciendo las compras, en función de quedar lo más cerca de esa cifra redonda que no complique la transacción.

Por otra parte, hay que tener un mínimo disponible de bolívares en las tarjetas de débito para cubrir las fracciones inferiores a un dólar con “soberanos”.

El problema se presenta en el supermercado, la pizzería, la licorería o la farmacia y no es solo una experiencia de la capital porque, según un estudio de Econanalítica, Caracas está sexta, en el ranking de ciudades más dolarizadas de Venezuela.

La firma sostiene que Maracaibo, Barquisimeto, Lechería, Valencia y Puerto Ordaz están el “Top Five” de las ciudades más dolarizadas del país.

La volatilidad y pago móvil

Por otra parte, la volatilidad de la cotización del dólar en el mercado paralelo complica los mecanismos de intercambio. Quien vende dólares trata de hacer transacciones a diario para “no perder”, en el caso de que se produzcan saltos repentinos en la cotización del tipo de cambio marcador.

Por otra parte, ya se hacen cada vez más frecuentes las transacciones en divisas que terminan “dando vuelto” en soberanos, vía pago electrónico o transferencia telefónicas.

Esta es una nueva modalidad para obtener bolívares y lograr pagar en cadenas de tiendas importantes que no reciben pagos en divisas.

El sistema de pagos de venezolano se ha vuelto muy complejo y complicado. Buena parte del tiempo que se invierte en una transacción, que antes sería un mero trámite, se va en todo un protocolo de solicitud de número de cédula, fotos a los billetes verdes, maquinas que comprueban la legitimidad del papel moneda estadounidense.

El comportamiento del tipo de cambio hace que todos los ojos se vuelquen hacia él y la temporada de fin de año, agudizará el problema y el ingenio de los venezolanos para resolver estas distorsiones.

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