Tras iniciar una extensa gira por varios países suramericanos, el príncipe Felipe visitó Venezuela en el año de 1962, para ese entonces Rómulo Betancourt era el presidente de la República.

El esposo de la reina Isabel II arribó a nuestro país el 9 de febrero de 1962, en aquella aprovechó el viaje hacia para el mismo pilotear el avión The Dark Herald.

A su llegada a la ciudad de Caracas, el príncipe fue recibido en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía por el ministro de Relaciones Exteriores de la época, Marcos Falcón Briceño; el ministro de la Defensa, Antonio Briceño Linares y el Alto Mando Militar.

En el Palacio de Miraflores fue recibido el presidente Rómulo Betancourt, con quien se reunió en el Salón Sol del Perú. Posteriormente visitó la Casa Natal del Libertador y la sede del Instituto Británico.

A las 7:30 de la noche del viernes 9 de febrero, con rigurosidad inglesa, el príncipe llegó a la Plaza Bolívar. Como amante de la naturaleza, se interesó por los árboles que la circundan antes de entrar a la Casa Amarilla, sede de la Cancillería venezolana donde fue agasajado con un banquete en su honor por el presidente Rómulo Betancourt y la Primera Dama, Carmen Valverde de Betancourt quienes lo recibieron en el hall de entrada.

Todo el gabinete ministerial, representantes del Poder Legislativo y Judicial, así como personalidades del mundo empresarial y de la sociedad se dieron cita en el patio central de la Cancillería para saludar y observar de cerca a un miembro, de hecho y derecho, de la realeza británica, ocasión poco frecuente en el mundo social caraqueño.

A la salida de la Casa Amarilla, los árboles centenarios de la Plaza Bolívar volvieron a ser motivo de interés del príncipe. Si el encuentro hubiese sido de día, también le hubiera llamado la atención la colonia de ardillas y perezas, dueñas y señoras de los árboles, y que hoy parece que no queda ni una.

Al día siguiente rindió un homenaje con ofrenda floral en el Campo de la Batalla de Carabobo.

Información de: Globovisión