Aprueban tratamiento infantil para alergia al maní

El tratamiento no es apto para todos. La Palforzia puede tener efectos secundarios. La FDA exige a médicos y sus pacientes inscribirse en un programa especial de seguridad, y los pacientes deben tomar la primera dosis y aumentarla bajo supervisión en un centro certificado de salud.

El primer tratamiento para la alergia a los cacahuates está a punto de salir al mercado, un gran avance para atender todo tipo de alergias alimentarias, pero aún falta mucho para contar con una cura.

La aprobación del viernes 31-E  de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) promete cierto alivio a familias que han vivido con el temor de una ingestión accidental de maní en una fiesta de cumpleaños y reuniones de juego, en cafeterías escolares y restaurantes. El tratamiento se llama Palforzia y fue desarrollado por la firma Aimmune Therapeutics.

“Ha cambiado mi vida”, dijo Nina Nichols, de 18 años y oriunda de Washington, cuyo primer encuentro con cacahuates cuando era muy pequeña _una galleta con crema de maní que le compartió un amigo_ requirió un rápido traslado a la sala de emergencias. Nichols ha participado como adolescente en un estudio sobre Palforzia y describe al producto como un “recurso de seguridad”.

El tratamiento es polvo de cacahuate preparado especialmente y se ingiere a diario en pequeñas cantidades que son aumentadas gradualmente al paso de los meses. Adiestra al organismo de niños y adolescentes a tolerar mejor el maní, reduciendo la posibilidad de una reacción grave o incluso mortal en caso de una ingesta accidental de cacahuate.

El tratamiento no es apto para todos. La Palforzia puede tener efectos secundarios, como una ocasional reacción alérgica severa. La FDA exige a médicos y sus pacientes inscribirse en un programa especial de seguridad, y los pacientes deben tomar la primera dosis y aumentarla bajo supervisión en un centro certificado de salud.

Desde hace mucho tiempo se aplican inyecciones para causar tolerancia a las alergias al polen o las picaduras de abeja. Pero ingerir un alérgeno para desarrollar tolerancia constituye un nuevo giro _que los científicos llaman “inmunoterapia oral”. Y los cacahuates son el primer alimento abordado. Continúan las pruebas para el huevo, la leche y nueces de árbol.

Pero debido a inconvenientes, los científicos también están desarrollando opciones de próxima generación que se aplican de otra manera. La FDA está por examinar un parche cutáneo contra la alergia al cacahuate.

“Por mucho tiempo, no teníamos nada que ofrecer a estos pacientes”, dijo la doctora Pamela Guerrerio, del Instituto Nacional de Salud, que financió gran parte de la investigación que ha conducido a terapias contra alergias alimentarias. “Por fin tenemos un tratamiento. Es un gran avance”.

Los executivos de Aimmune dijeron el viernes que confían en que los médicos puedan comenzar a prescribir el tratamiento en “cuestión de semanas”. Fijaron el precio de lista del tratamiento en 890 dólares mensuales, pero lo que realmente tengan que pagar los pacientes dependerá de su seguro médico.

Aumenta problema de la alergia alimentaria
Millones de estadounidenses sufren alergias alimentarias, incluidos más o menos uno de cada 13 niños, y las cifras han aumentado en los últimos años. La alergia al maní es la más común entre los niños y figura entre las más peligrosas. La exposición accidental es frecuente y cada año un menor de cada cuatro afectados termina en la sala de emergencias.

¿Qué sucede?: El sistema inmunológico reacciona desproporcionadamente al alimento provocando una cascada inflamatoria. En promedio, los niños pueden presentar ronchas, resuello o algo peor por ingerir tan solo la 30ma parte de un solo cacahuate, en ocasiones incluso con menos, dijo el médico Hemant Sharma, que dirige estudios sobre tratamientos orales en el Hospital Nacional Infantil en Washington.

A la fecha, todo lo que los médicos podían recomendar era que las personas lean la etiqueta de productos alimenticios y eviten cualquier cosa que pudiera contener cacahuate en forma no advertible. Hace décadas, se consideró muy peligroso que se intentara atender las alergias alimentarias con inyecciones.

Entonces, en 2006, investigadores de la Universidad de Duke y la Universidad de Arkansas informaron de alentadores indicios sobre la posible eficacia de los tratamientos orales.

¿Cómo funciona?
Los médicos prescriben inicialmente una dosis minúscula de Palforzia. El polvo, contenido en una cápsula, es mezclado en cualquier alimento sin calentar, como los batidos cremosos de frutas favoritos de Nichols. Los pacientes toman la primera dosis en el consultorio de un médico, por si acaso se presentara una reacción alérgica peligrosa. Al paso de las semanas, la dosis es incrementada hasta que después de unos seis meses, los pacientes están tomando el equivalente más o menos a un cacahuate.

En un estudio de casi 500 niños, dos tercios de los que recibieron Palforzia podían comer el equivalente a dos cacahuates _y algunos tres o cuatro_ en comparación con solo 4% de los pacientes a los que se les había administrado un placebo.

Algunos cientos de médicos que atienden alergias en el país ya ofrecen su propia versión del tratamiento, utilizando harina de maní comprada en una tienda _u opciones similares para otras alergias alimentarias_ a fin de preparar dosis personalizadas a pacientes que no participan en estudios de investigación.

Advertencias
Los usuarios de Palforzia deben traer consigo su medicamento de rescate, como EpiPens, para atender severas reacciones alérgicas. La mayoría experimenta por lo menos efectos secundarios leves como ronchas o dolor de estómago, y alrededor de una quinta parte abandonó el estudio, dijo el médico Scott Sicherer, alergólogo pediátrico en el Hospital Mount Sinai en Nueva York.

En cuanto a reacciones severas, éstas afectaron aproximadamente a 9% de los pacientes atendidos en el estudio de Palforzia, casi tres veces el número del grupo que recibió placebos y causando un debate sobre la utilidad del medicamento.

“Es necesario un acuerdo”, dijo Sicherer. Las familias y los médicos tendrán que decidir si “¿tiene esto sentido para mí o para mi hijo?