Alex Rodríguez el Divo Yankee

Enrique Villa-Matas ha dicho: “Todos tenemos en el alma un pedazo de la ciudad de Nueva York”.

Quizá porque esa urbe es un microcosmos que tiene un poco de todas las culturas, todas la lenguas y las etnias del mundo.

En esa megalópolis nació Alexander Rodríguez, en el barrio norteño de Manhattan llamado Washington Heigths.
Los fanáticos del beisbol conocieron en 1994, cuando debutó con el modesto equipo Marineros de Seattle.

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Alexander Enmanuel Rodríguez Navarro era un espigado campocorto, que envió a Cleveland al venezolano Omar Vizquel. En Seattle hizo historia junto a Ken Griffey Jr y Edgar Martínez.

Alex Rod fue un bateador temido, con mucho poder, oportuno, con una buena defensa, con estatura de 1.90mt se desplazaba, brazo poderoso, un consentido de los aficionados con su número 13 en la espalda.

Me llamó la atención, que con esos apellidos latinos, él no hablaba español, nada.
La lengua materna es el principal vínculo con tu cultura nacional, él es un estadounidense puro, sus costumbres son las de un típico yanqui. Alex es roquero, ha tenido solo esposas rubias gringas, es miembro del jet set norteamericano.

Comenzó a rendir en la pelota, a destacar en Las Grandes Ligas, a poner su impronta en los terrenos de beisbol.

Firmó el primer gran contrato multianual por 252 millones de dólares con Rancheros de Texas.

Esta organización lo cambió a Yankees de Nueva York, llegó a su ciudad natal en 2004, lo recibía la gran manzana con solo 29 años de edad, llegaba para brillar con el uniforme rallado de los mulos del Bronx, en la ciudad donde había nacido el 27 de julio de 1975.

Llegó con el aura de una súperestrella del beisbol, fama de jonronero, decidía juegos, reconocido como un líder intocable del equipo, un buen tercera base; además, era un hombre millonario, en fín, un pelotero de la élite.

Él es admirador de Carl Ripken Júnior desde niño, el hombre de hierro de Orioles de Baltimore es su ídolo. En su equipo ideal de beisbol lo colocó en la posición 6, en el campocorto.

Comenzaron sus portadas en la prensa del corazón, sus amoríos con actrices rubias gringas: Kate Hudson, Madonna y Cameron Díaz. Sus fiestas lujosas, su vida de astro.

Con los Yankees firmaría en 2007 un contrato por 275 millones de dólares.

Todo era felicidad, nuevos récords cada día y celebraciones para Alex, hasta que explotó la bomba de lodo y basura que lo manchó para siempre:

“A-Rod dio positivo en consumo de esteroides”, el titular que se hizo viral.

Fue suspendido por MLB por 210 partidos, fue vejado por los cronistas del beisbol, abucheado por los fanáticos.
Pero lo peor vendría después, cayó en perjurio, cuando negó ante la prensa su pecado capital, el consumo de sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento, eso es absolutamente ilegal.

José Canseco, el expelotero cubano, en su maltrecho y artero libro de confesiones personales, lo señala como un adicto a las sustancias prohibidas.

Allí comenzó una campaña para lavar su nombre, se orquestó un lobby a su favor.
Los dominicanos empezaron a llamarlo “paisano”, a tratarlo como un connacional, a pesar de que Alex es ajeno a esa cultura, a su lengua, su música, sus tradiciones. Solo que sus padres son dominicanos: Víctor Rodríguez y Lourdes Navarro.

Reapareció con el uniforme Yankee en 2015 y se retiró en 2016. Dejó records impresionantes en Grandes Ligas:

Campeón de la Serie Mundial en 2009.

3 MVP de la Liga Americana en 2003, 2005 y 2007.

10 Bates de Plata.

14 Juegos de Estrellas.

2 Guantes de Oro, en 2002 y 2003.

4 Premios Hank Aaron.

Campeón Bate de la Liga Americana en 1996.

5 Lideratos de jonrones de la Liga Americana.

2 Liderato en carreras impulsadas, en 2002 y 2007.

Hoy en día es multimillonario, con una fortuna probada de varios cientos de millones de dólares.
Es un próspero empresario inmobilario, con prósperas inversiones en la NBA y en tecnología.

Alex es padre de dos bellas adolescentes: Natasha Rodríguez y Ella Rodríguez, sus hijas lo acompañaron en los homenajes en el Yankee Stadium y en algunas de sus giras.

Lo peor para el orgullo latino llegó cuando el divo del Bronx, A-Rod, aceptó representar a los EEUU en el Clásico Mundial de Beisbol y no a Quisqueya, que dolor…!

Si yo pudiera, me gustaría preguntarle a Alex Rodríguez, alias A-Rod #13:

¿Te sabes el himno nacional de República Dominicana, lo puedes cantar?

¿Cuál es el merengue de Johnny Ventura que más te gusta, nombra uno?

¿Cuántos Grammys de Juan Luis Guerra has celebrado en tu mansión en Coral Gables?

Creo que Alex Rodríguez, el divo Yankee (A-Rod) como le gusta que lo llamen, es tan dominicano como Derek Jeter o Robert De Niro. Es tan latino como Sergio George o Paul Auster.

Y su futuro como “un inmortal del beisbol” a pesar de sus récords impresionantes, es tan negro, como una tumba tenebrosa en el cementerio Hart Island.

León Magno Montiel

@leonmagnom

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