La intervención de las fuerzas del orden para impedir la celebración del referéndum independentista en la región española de Cataluña ha causado este domingo 465 heridos, dos de ellos hospitalizados graves, según informaron las autoridades regionales.

Por su parte, el Ministerio español del Interior indicó que nueve policías y dos guardias civiles también resultaron heridos de carácter leve al intervenir para retirar urnas e impedir la celebración del referéndum por orden de la Justicia, lo que ha generado momentos de tensión.

Las cargas policiales y otros incidentes provocaron heridos y contusionados de diversa consideración, uno de ellos por un pelotazo de goma en un ojo a las puertas de uno de los centros de votación de Barcelona, y se encuentra en estado grave en el hospital Sant Pau de la ciudad.

El otro herido grave, ingresado en el hospital Vall d’Hebrón de Barcelona, es un hombre de unos 70 años que ha sufrido una parada cardiorrespiratoria cuando la policía ha desalojado un colegio electoral en la ciudad catalana de Lérida.

En los incidentes, la Policía Nacional y la Guardia Civildetuvieron a tres personas, una de ellas menor de edad, por desobediencia y atentado a los agentes de la autoridad.

Centros cerrados

Según fuentes de la policía regional de Cataluña, (Mossos d’Esquadra) se habían cerrado 244 centros de votación de las cuatro provincias catalanas por mandato judicial hasta las 17:00 (hora local), aunque no pudieron precisar cuántos fueron clausurados por cada uno de los cuerpos de seguridad que están interviniendo.

Por su parte, el Ministerio español del Interior informó de que la Policía Nacional y la Guardia Civil habían cerrado 92 puntos de votación.

Añadió que los agentes se han visto “acosados, hostigados e incluso agredidos en numerosas ocasiones”. El Ministerio difundió varios vídeos en los que se aprecian episodios de acoso e insultos a policías y guardias civiles.

El Ministerio había pedido colaboración y respeto en los colegios electorales para que las fuerzas de seguridad puedan cumplir con la orden judicial de impedir de forma pacífica la celebración de la consulta, suspendida por Tribunal Constitucional.

Por su parte, el portavoz del Gobierno catalán, Jordi Turull, atribuyó los heridos y contusionados a la “violencia policial del Estado” y les aconsejó que acudan a centros de salud para obtener un certificado médico y presenten una denuncia ante la policía autonómica (Mossos d’Esquadra).

Turull responsabilizó al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, de los “gravísimos hechos”, entre los que también señaló la “agresión” a la responsable regional de Enseñanza, Clara Pontsatí.

Irregularidades en Referéndum

Este evento considerado ilegal por el gobierno español, se desarrolla con numerosas irregularidades en el modo de votación, con algunos incidentes entre agentes y ciudadanos en varios puntos.

La consulta secesionista convocada por el Gobierno autónomo catalán a primeros de septiembre, fue suspendida inmediatamente por el Tribunal Constitucional y los diferentes juzgados han ordenado medidas para que las fuerzas de seguridad precinten los colegios y se incauten de urnas y papeletas de votación.

Eso llevó a las autoridades catalanas, a primera hora de este domingo, a modificar las normas que había dado con anterioridad, de modo que un votante puede hacerlo en cualquier colegio de la región y no en el que tenía asignado, con papeletas impresas en casa y sin sobre.

Nuevas normas que para el consejero catalán de Presidencia, Jordi Turull, configuran un proceso electoral “con garantías” legales, mientras fuentes del Gobierno español aseguraban que los secesionistas “han liquidado cualquier vestigio de respetabilidad democrática”.

Tensión en centros de votación

En algunos casos la intervención de policías españoles y guardias civiles generó momentos de tensión con los manifestantes independentistas y, en el centro de Barcelona, hubo cargas policiales contra personas que cortaban las calles y, en algún caso, lanzaron objetos contra los agentes.

Otro escenario de tensión fue la localidad de Sant Julià de Ramis, donde tenía previsto votar el presidente catalán, Carles Puigdemont y en cuyo colegio se presentaron varias decenas de agentes para requisar las urnas y el material para votar.

En ese proceso hubo forcejeos y empujones entre los agentes y un centenar de personas que querían impedir su entrada en el centro, pero sin que aquéllos cargaran. Puigdemont decidió finalmente no acudir a su colegio electoral y fue a votar a otro de la provincia.