La capacidad humana para conocer (cognición), es compleja, críptica, milagrosa y misteriosa, aún para la ciencia y la tecnología, y un deleite para la filosofía.
Cientos de miles de millones de años ha llevado su evolución, ha sido el resultado de las interacciones con las cosas, de las relaciones humanas con la vida en todas sus manifestaciones, producto de acciones y reacciones con el entorno y sus circunstancia, de ensayo y error, de creación y depuración, utilitaria, artística y filosófica, de los instintos, de la casualidad, de la imaginación, de los impulsos, las necesidades y los deseos humanos, emociones y motivaciones, de su cultura, religión y espiritualidad. Es el resultado de la existencia humana, individual y colectiva. La Inteligencia humana es uno de los seis procesos con los que se ha modelado la cognición, procesos por demás que no son independientes, se complementan e interactúan.
La Inteligencia Artificial (IA), y en particular la Inteligencia Artificial Generativa (IA-G), está creando tensiones y expectativas nuevas en este campo, parece que ahora sí, lo bueno es la amplia gama de posibilidades que ofrece, ya con resultados prácticos reales que le auguran un futuro prometedor pero con muchísimo trabajo por hacer, ¿cómo se hará y cuánto costará?.
Lo malo, los desafíos y conflictos recurrentes, al emplear esta tecnología en el ámbito de la política interna y la geopolítica, amenazando la privacidad y las libertades civiles, haciendo difusa la línea que separa el mundo civil del militar, incluyendo a la Inteligencia Artificial en los planes y políticas de seguridad y defensa nacional.
Lo feo, es que tal y como es concebida desde lo privativo, aun cuando se plantea abierta (Open Source) en sus inicios, en su desarrollo refuerza, reproduce, amplía y eleva a otro nivel la desigualdad estructural, base de las brechas de pobreza, de salud, de aprendizaje, de género, de etnia, de ingresos y de riquezas, entre países, entre tantas otras, haciendo más grande y más poderosas a unas pocas empresas transnacionales de tecnología al concentrar en ellas este poder derivado del conocimiento. Éstas ahora marcan el camino. Una vanguardia en I&D en el ámbito de la Inteligencia Artificial liderada por empresas transnacionales que se está haciendo costumbre.
Algunas preguntas con comentarios para ilustrar el punto:
¿Cuánta información valiosa tiene en su biblioteca física de la que solo puede acceder de forma directa al título, subtítulo y autor colocada en el lomo del libro o en la sinopsis en la contra tapa del libro?. ¿Cuántos de estos libros ha leído y cuántos les gustaría releer?. Si se trata de una Biblioteca pública o privada de uso público, aumenta la cantidad de documentos, libros, revistas, periódicos, grabaciones, vídeos, etcétera, almacenados o archivados físicamente en el lugar. Podrá acceder a una referencia sobre el contenido de toda esta información disponible en unos ficheros o cargada en una base de datos interna igual de sucinta, cuando mucho ampliada con palabras claves. ¿Le gustaría encontrar con facilidad más información de este material en forma directa, resultado de una búsqueda que se pueda actualizar de acuerdo a su interés del momento?.
Imagínese, ahora que está biblioteca es digital y está en su computadora personal, tableta y teléfono o almacenada en la nube de un proveedor de internet con lo cual el volumen de esta información aumenta exponencialmente, ¿cómo hacer para gestionar y disponer de esta información?, la cosa se complica solo dispondrá de los nombres de los archivos digitales en un directorio y subdirectorios. ¿Está aprovechando este contenido como quisiera?
Sabías que para el 2020 se estimó (statista2023) que la información digitalizada en el ciberespacio era de 64,2 zetabyte, equivalente a la información con la que se pueden llenar 8 discos duros de 1 terabyte (como el que tienes en tu hogar u oficina), por cada uno de los habitantes del planeta. ¿Sabes cuánta de esta información está estructurada o semi-estructurada, es decir, que puede ser indexada para facilitar su disponibilidad, acceso y gestión? ~ 20%. La tecnología de los macro Datos o Big Data tiene como objetivo facilitar la gestión de esta información, ahora la pregunta es ¿quién hará las lecturas, análisis, resúmenes, interpretación de toda esta información (desde datos, documentos, audios, imágenes, etcétera.)? Lo pueden hacer los humanos, ¿lo podrán hacer las máquinas con IA-G emulándolos? o ¿lo podrán hacer los humanos asistidos por estas máquinas con IA-G?.
¿Recuerda las expectativas que se crearon en la primera década del milenio con la gestión del conocimiento?. Empresa que se preciara de moderna tenía que contar con una gerencia del conocimiento, allí estaba la clave de la nueva economía, controlar el conocimiento desde su creación, uso, almacenamiento y mantenimiento, para compartirlo, para salvaguardarlo, para preservar este importante activo intangible de la empresa. Los resultados no cubrieron las expectativas. Esa moda pasó, ¿ qué aprendizaje se obtuvo de esa experiencia?.
Sin embargo, ¿no sería deseable extraer, gestionar, transferir, crear y optimizar el uso del conocimiento en las organizaciones o empresas, mediante la aplicación de la Inteligencia Artificial Generativa, IA-G?. La respuesta es afirmativa, este servicio ya los están ofreciendo en la nube empresas como Microsoft con Co-pilot (en sociedad con OpenAI y su Chat GPT), Amazon con Amazon Q y Google con Bard, entre otras. Podrá contar con asistentes inteligentes para cada empleado de su empresa u organización, para aliviar la carga de las tareas repetitivas y tediosas, incluyendo las decisiones, una vez entrenados los algoritmos de aprendizaje de estos modelos, brindándole la oportunidad a la empresa no solo de gestionar sino de reproducir este conocimiento. También, el producto se ofrece a clientes fuera de la empresa, por ejemplo, para gestionar el conocimiento del estudiante, ya no tendrá que leer la novela o el ensayo que le asignaron ahora le puede solicitar a un producto de IA-G que haga el resumen en segundos. Igualmente en el hogar, por ejemplo hay productos de IA-G que han sido entrenados para elaborar una receta con solo indicarle cuáles son los alimentos sin procesar que se tienen en la nevera y en la despensa.
Algunas estadísticas para ilustrar la situación actual de la IA:
El número de patentes en Inteligencia Artificial fue de 144.000 (datos 2018), cifra que en tres años se duplicó y en los últimos 10 años se multiplicó 10 veces.
El término Inteligencia Artificial en propiedad intelectual es una sombrilla que agrupa las subcategorías o principios: Aprendizaje Automático, Redes Neuronales y Aprendizaje Profundo. Para la fecha dos de cada tres de las patentes de IA son de Aprendizaje Automático. Las solicitudes de patentes para Aprendizaje Profundo (dentro de esta categoría está la IA-G) son las más dinámicas para la fecha. Todas las aplicaciones tienen en común que son usadas para nuevos desarrollos o sub-tecnologías, tales como: reconocimiento del habla, análisis de imágenes, reconocimiento de personas y análisis de datos.
Alrededor del 20% de todas las patentes se destinan a principios, 45% a las sub-tecnologías y 35% a los campos de aplicaciones (Salud, Seguridad de Datos, Industria, Movilidad, Marketing, Energía, Fintech y Otros).
Algo que pasa inadvertido es que a las aplicaciones de software de IA se les otorga patentes, una protección de exclusividad más exigente, contrasta con las aplicaciones de software habituales a las que solo se les otorgaba los derechos de autor.
La mejor compañía IA para la fecha, en la lista de las 50 del tope, por número de patentes de clase mundial, es Microsoft con 1339 patentes. Le acompañan en las cinco del tope con patentes de clase mundial: Alphabet con 901, Intel con 409, Qualcomm con 353 y Apple con 201 patentes.
En cuanto a la participación de países por número de patentes de clase mundial en IA, se tiene: 60% en Estados Unidos, Japón 10%, China 9,3%, Unión Europea 8,8%. Resalta el crecimiento de China que ha doblado su participación en tres años, mientras las compañías de Estados Unidos y la Unión Europea han descendido. El 89% de las patentes está concentrado en 30 países, ¿qué queda para los 160 países del planeta restantes?
Las 10 compañías del tope en número de patentes de IA de clase mundial concentran un poco más de un cuarto del total, el 27%, en el 2018, el 19%, en el 2013.
En Investigación universitaria: Estados Unidos domina, China se está poniendo al día. La Universidad de California y el MIT lideran en esta área, Sin embargo 4 instituciones Chinas ya forman parte de la lista de las 10 del tope. En total 30 instituciones estadounidenses forman parte de la lista de las 50 del tope.
Inteligencia Artificial por sector, en relación a las patentes, en Fintech dominado completamente por los Estados Unidos, mientras que en Seguridad de Datos y Marketing están dominados por compañías de Estados Unidos y Asia. Europa, bien gracias. Ni hablar de América Latina, Medio Oriente, África y Oceanía.
.-La Inteligencia Artificial como motor de crecimiento económico
Investigaciones de la firma consultora Pwc estiman que la economía mundial podría crecer 14,4%, US $15,7 billones, para el 2030, debido a la Inteligencia Artificial. China y los Estados Unidos serán los grandes ganadores de la IA, China con un salto de 26% de incremento de su PIB y Estados Unidos con 14% de su PIB, para el 2030, ellas concentran el 70% del impacto económico mundial de la IA. Para otras regiones, este impacto debido a la IA: se estima para el Norte y el Sur de Europa, 9,9% del PIB y 11,5% del PIB, respectivamente. Para Asia Desarrollada un 10,4% de su PIB, para América Latina un 5,4% de su PIB, para África, Oceanía y otros mercados de Asia un 5,6% del PIB.
Los sectores ganadores serán el Comercio al Detal, los servicios Financieros y la Salud. Estos impactos se verán reflejados en el incremento de la productividad, la calidad de los productos y el consumo. Se estima que US $6,6 billones sean aportados por el lado de la productividad y US $9,1 billones por el lado del consumo.
.-La Inteligencia Artificial en el ámbito de la Seguridad y Defensa, lo dejamos para la próxima entrega.
Por Alvin Lezama
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