Las elecciones en las organizaciones deportivas federadas de Venezuela se han convertido en un evento cíclico y cuestionado, que se repite cada cuatro años, en sintonía con el ciclo olímpico del país. Sin embargo, este proceso, lejos de ser un ejercicio democrático y transformador, se ha visto empañado por una serie de problemas estructurales que dificultan el surgimiento de un liderazgo renovador y comprometido con el desarrollo del deporte venezolano.
Recientemente el voleibol del estado Lara ha sido punta de lanza para desempolvar periodísticamente lo que cada cuatro años nos corresponde, con la misma dinámica, y en muchos casos, con nuevos protagonistas.
Pongámonos en contexto
El formato electoral deportivo en Venezuela comienza a nivel municipal, con la elección de los clubes deportivos, quienes luego eligen a las directivas de las asociaciones de cada deporte federado, para finalmente elegir a los dirigentes de las federaciones deportivas nacionales. Esta estructura, si bien pretende ser participativa, se ve debilitada por una serie de dinámicas que atentan contra una verdadera renovación.
Sin conocer a plenitud lo que sucede en el voleibol del estado Lara, recientemente Jefferson Gómez, entrenador del Club JPD y suplente de la vicepresidencia de la Asociación de Voleibol del estado Lara (Avel), señaló para Noticias Barquisimeto «Necesitamos un cambio en el voleibol de Lara», y más allá del motivo de sus declaraciones, estas palabras representan el eco de diversas clubes quienes vinculados o no en las asociaciones deportivas de nuestro país, consideran que en muchos casos deben haber transformaciones y dar pasos a las nuevas dirigencias del deporte regional en la nación.
Muchas asociaciones regionales son cuestionadas por diversos clubes por su supuesta débil gestión deportiva. Sin embargo, al profundizar en la realidad legal, en muchos casos estos mismos clubes cuestionadores carecen de legalidad y el registro adecuado que les permitiría participar en los procesos electorales y ejercer su derecho al voto.

Historias repetidas
Las dinámicas electorales en el deporte venezolano se caracterizan por ser «automáticas». Por un lado, hay quienes hacen vida en los deportes y se dedican a criticar a los dirigentes de turno. Por otro, algunos dirigentes han visto en estos cargos una plataforma para obtener estatus y beneficios, sin necesariamente priorizar el desarrollo y el bienestar de sus respectivas disciplinas.
Aplicando el dicho «si quieres conocer al hombre, dale poder», el deporte federado venezolano ha sido testigo de cómo ciertos liderazgos han abusado de su posición, manejando recursos gubernamentales o de autogestión, mientras se quejan constantemente del supuesto «carente respaldo» para llevar a cabo una adecuada gestión.
Pese a estas quejas, los dirigentes en el poder se aferran a sus cargos, buscando reelegirse de forma permanente y negando oportunidades a las generaciones de relevo. Lamentablemente, muchos clubes activos en el deporte nacional carecen de la formalización y legalización necesaria ante los organismos pertinentes, dejando en manos de la «viveza» dirigencial los destinos electorales de cada disciplina.
Así, cada cuatro años, el proceso electoral deportivo se repite, pero la urgencia de un cambio real parece quedar relegado ante la prevalencia de intereses particulares y la ausencia de un compromiso genuino con el desarrollo y la democratización del deporte en Venezuela.
Debilidad Comunicacional
En otrora, este tipo de situaciones llamaban la atención de la mass media en cada región del país, no obstante, lamentablemente en la actualidad son pocos los jóvenes comunicadores interesados en los temas legales del deporte federado, incluso, en muchos casos, ni conocerán de que se trata esa terminología.
A medida que pasan los años, una preocupante tendencia se ha apoderado de la nueva generación de periodistas deportivos en Venezuela: el desconocimiento de las leyes y estructuras que rigen el deporte organizado en el país.
Mientras las miradas se concentran en los grandes espectáculos del fútbol europeo, el béisbol profesional y las apuestas deportivas, los cimientos del deporte amateur y los procesos electorales de las asociaciones pasan cada vez más desapercibidos.
Sin embargo, esta desconexión con las realidades estructurales del deporte nacional representa un severo déficit en la labor informativa. Comprender los ciclos olímpicos, los procesos electorales y la dinámica de las asociaciones y federaciones deportivas es fundamental para poder brindar una cobertura periodística integral y contextualizada.
Con información de TeleRadio Digital