¡Zael Morlet gana la batalla contra el cáncer y «lo deja en el terreno»!

Con el sonido triunfal de una campana, el joven beisbolista Zael Morlet, de 13 años, anunció hoy que ha superado el cáncer. En un emotivo acto en el Centro de Hemato Oncología del Hospital Pastor Oropeza, Zael tocó la campana, símbolo de su victoria, rodeado de su familia, amigos y de aquellos que lo apoyaron en su difícil camino. Al estilo del béisbol, Zael “lo dejó en el terreno”, terminando con un home run la batalla de su vida.

La madre de Zael, Beatriz Martínez, una pieza clave en esta lucha, compartió su inmensa alegría. «Dios fue muy misericordioso. Yo tenía el alma en un hilo, pero el tiempo de Dios es perfecto», expresó emocionada. Detalló cómo una serie de obstáculos para conseguir el último ciclo de quimioterapia llevó a la doctora a tomar una decisión crucial. «Ya Zael tenía su primer ciclo de consolidación y la doctora Panebianco llegó a la conclusión de que él no necesitaba este último ciclo», relató Beatriz. Con lágrimas en los ojos, aseguró que su hijo está sano y pronto regresará a los campos de béisbol, su gran pasión.

Zael emocionado dijo qque lo primero que haría luego de tocar la campana sería «ir a una iglesia y arrodillarme ante Dios», «ya voy a volver a jugar mi deporte favorito que es el beisbol a ‘echarle más pichón’ y a ayudar a más niños para vencer el cáncer», sin olvidar su promesa de su propia Fundación ‘Bendecidos para Bendecir’.

La Dra. Magdalena Claudia Panebianco, oncóloga pediatra, explicó que el estado anímico y la disciplina deportiva de Zael fueron determinantes en su recuperación. «Zael es una persona joven y deportista, y esto lo ayudó muchísimo. Además, el linfoma no Hodgkin es un tumor maligno altamente curable si el paciente recibe su quimioterapia en el debido momento», afirmó. Con una sonrisa, recordó el espíritu inquebrantable del joven. «Zael es demasiado tremendo y divertido. Él ponía a toda la sala a bailar y le levantaba el ánimo a los pacientes», comentó, subrayando cómo su personalidad y sus ganas de vivir influyeron positivamente en su proceso. «Él siempre supo que tenía la enfermedad maligna, pero siempre estuvo convencido de que iba a la recuperación».

Este logro no hubiera sido posible sin la ayuda invaluable de fundaciones como Alas de Vida y Cuerdas de Amor, quienes fueron cruciales en la consecución de los insumos médicos necesarios.

La historia de Zael Morlet se convierte en un ejemplo de esperanza, fe y resiliencia para la comunidad de Barquisimeto, demostrando que con apoyo y un espíritu de lucha, incluso las batallas más difíciles pueden ser ganadas.

Oriana Lorenzo / Noticias Barquisimeto