Visión de juego | José Peseiro inició proceso de reunificación de la Vinotinto

Resuelto el dilema de la sucesión de Rafal Dudamel en el banquillo de la Vinotinto, el reto del nuevo entrenador, el portugués José Peseiro, es recomponer la unidad del equipo.

La gestión de Dudamel dejó heridas en el camerino que se evidenciaron a través de la renuncia del delantero Josef Martínez, quien acusó al entrenador de utilizar a la Vinotinto como un proyecto personal.

No es de extrañar, por tanto, que ninguno de los miembros de la plantilla tuviera la generosidad de enviar un mensaje público de afecto o simple respaldo, cuando Dudamel anunció que dejaba el equipo para unirse al Atlético Mineiro, a tres meses de iniciarse la eliminatoria al Mundial de Catar.

Así que la primera gestión de Peseiro será reunificar las fuerzas. Convencer a los jugadores de que el nuevo proyecto tiene un objetivo colectivo, para el que se requiere el aporte de cada uno de los futbolistas nacionales que figura en la élite internacional.

El primer éxito de Peseiro se produjo el mismo día de su designación oficial como seleccionador. Llamó al máximo artillero de Venezuela en la Mayor League Soccer de Estados Unidos, y convenció a Josef Martínez de volver a defender a la selección en las eliminatorias mundialistas.

Su viaje a Italia y luego a España para charlar cara a cara con el capitán de la Vinotinto, Tomás Rincón, y con el delantero Salomón Rondón, también apuntan hacia ese primer objetivo de sanar las heridas y dejar en el pasado la polémica que se creó en torno a Josef y sus polémicas declaraciones.

El siguiente paso es el más complejo. Armar en tiempo récord un equipo que pueda competir y sumar puntos de visitante, en Barranquilla, ante Colombia; y luego, en Mérida, contra Paraguay en las dos primeras fechas de la eliminatoria mundialista.

Peseiro es un cultor del fútbol ofensivo. Le gusta que sus equipos manejen la pelota, practica un fútbol combinado, en el que suele pisar el área rival con muchos efectivos.

Así lo hizo desde que su nombre comenzó a ser reconocido al subir al Nacional de Madeira a primera división, y luego convirtió al Sporting de Portugal en una máquina de fabricar goles en Europa. Pero Peseiro también es un pragmático. Rechaza los dogmatismos tácticos y sabe que su ideas de juegos no pueden aplicarse a rajatabla en una selección como la de Venezuela, que tiene limitaciones y viene de jugar a otra cosa con Dudamel.

Tendrá apenas tres días de entrenamiento para organizar el choque ante Colombia y otros cuatro para enfrentar a Paraguay. Muy poco para poder introducir cambios en la formación o en el planteamiento táctico, más allá de alguna que otra indicación.

De modo que el fútbol relámpago de Dudamel, de escasa elaboración en la mitad y avances profundos por las bandas para llegar al arco rival y generar situaciones de riesgo, probablemente se mantendrá intacto en estas dos primeras fechas. Porque entre introducir un nuevo sistema de juego o tratar de sumar puntos, Peseiro está claro que lo importante es salir bien librado de estas fechas con unidades en la tabla de clasificación. 

Su mensaje al asumir la conducción de la Vinotinto ha sido sincero. Venezuela no tiene a los mejores jugadores del mundo, pero nadie le puede robar la ilusión de luchar por un cupo a Catar. El trabajo de Peseiro será mantener viva esa llama. Y ya encendió una pequeña lumbre al abrir las puertas de la Vinotinto a todos los que quieran pelear por ese sueño.

U. Noticias