Según Alejandra, ciudadana venezolana, “la prostitución es la vía más rápida para salir de la desesperación, yo soy trabajadora sexual porque toca”.

Una mujer venezolana oriunda del estado Barinas que decidió ejercer la prostitución como medio de vida al emigrar a Bogotá, Colombia, relata como la crisis que vive el país petrolero ha obligado a cientos de mujeres a dejar sus hogares para dedicarse a la prostitución para poder mantenerse y enviar dinero a sus familiares en el país.

Alejandra, de 25 años de edad, asegura que su infancia fue positiva y que siempre recibió todos sus estudios, pero que sin embargo, se vio imposibilitada de terminar su carrera universitaria antes de emigrar.

“No fue una decisión fácil, soy la menor de 5 hermanos y decidí emigrar porque trabajaba una semana para solo pagar un refresco y no comer bien en la semana”, narra.

La joven, que ya tiene tres meses en el vecino país, explica que sin tener familiares en Colombia, decidió dejar su hogar luego de que contactara con “alguien” que le ofreció vía WhatsApp la ayuda económica para llegar a Colombia.

“Actualmente estoy administrando un negocio, me pagan bien, tengo buenos jefes y me siento afortunada en este trabajo”, cuenta al referirse sobre su trabajo principal, el cual no tiene relación con sus servicios particulares, según lo reseñado por Wradio.

La trabajadora sexual asegura que ella es quien se promueve vía online y busca su clientela, sin que nadie le imponga algún tipo de horario o cuota, pero que de igual manera, todos los casos pueden presentar diferencias.

“En mi caso no existe nadie de por medio. En Venezuela nunca ejercí este tipo de oficio”, reveló la venezolana, quien aseveró que su primer servicio fue su experiencia más dura mientras se adaptaba a la situación. De igual manera, explicó que cuenta con una persona de “confianza” que le ofrece sus cuidados a la hora de que algún cliente intente algo fuera de lo estipulado o evite pagar el servicio.

“Yo tengo dos trabajos, mi primer trabajo es de 8 am a 8 pm y luego suelo trabajar por las noches, todos los días de la semana”, concluye, al tiempo que aseguró que con estas dos actividades ha podido no solo vivir en Bogotá, sino que también ha podido enviar dinero a sus familiares en Venezuela.

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