Vacuna del COVID-19 como la nueva “guerra fría” entre las potencias

La vacuna del COVID-19 como la nueva “guerra fría” entre las potencias. El coronavirus no solo transformó las relaciones y vida del ser humano.

En la actualidad, con más de 14 millones de contagios, y más de 600 mil muertes, la vacuna contra este virus se ha convertido en el «santo grial» que persigue la humanidad, de allí la importancia estratégica que tienen para las potencias en pugna el hacerse con la misma.

Carrera científica

En la década de los 50 y 60 del siglo pasado, Estados Unidos y la Unión Soviética, protagonizaron la carrera por la conquista del espacio, que permitió a la humanidad dar un salto en el ámbito científico-tecnológico, que trajo consigo el desarrollo de la sociedad tal y como la conocemos.

Esta guerra por el dominio tecnológico de las potencias, que se ha venido emulando desde 2010 con Estados Unidos, China y Rusia -esta última con mayor énfasis en lo militar-, se ha recrudecido en los últimos cinco años, y hoy tiene como nuevo escenario de batalla el campo científico para el alance de la vacuna del COVID-19.

El primer escenario que dio inicio a esta carrera, fue el mediático, donde con tan solo días de diferencias se comenzaron a hacer anuncios sobre los avances que cada uno de los países registraba en torno a esta vacuna.

Marzo de anuncios

Para el 16 de marzo, en EEUU se anuncia el inicio de los primeros ensayos en cuatro personas para obtener la vacuna contra el nuevo coronavirus, estudios que está realizando el Instituto de Investigación Permanente Kaiser, en Seattle, de la mano con la empresa biotecnológica Moderna Therapeutics, señalando una estimación entre 11 y 18 meses para la obtención.

Un día después, el 17 de marzo, en China el equipo de científicos encabezados por la Academia Militar de Ciencias liderada por la epidemióloga Chen Wei, informó que se encontraba desarrollando con «éxito» también una vacuna para la cual ya contaban con la autorización para hacer pruebas en humanos.

Seis días después el 23 de marzo, en Rusia la Agencia Federal Médico Biológico, a cargo de Verónika Skvortsova anuncia la culminación exitosa de la primera fase de la vacuna en su país que estima concretarla en un lapso de 11 meses.

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Gobernantes al ruedo

La vacuna del COVID-19 como la nueva “guerra fría” entre las potencias. Llegado el mes de mayo, comienzan los pronunciamiento políticos en torno a esta vacuna por parte de los máximos representantes de estas potencias, dejando en evidencia el inseparable valor geopolítico que cada uno de estos dirigentes otorga a esta carrera, que sobrepasa lo científico.

El primero en saltar al ruedo es el presidente ruso Vladimir Putin, quien en video conferencia con el sector científico de esta nación, donde se dieron a conocer los avances sobre una posible vacuna para septiembre, recalcó la importancia del registro de ese estudio y ocuparse de la protección de su propiedad intelectual.

Un día después, Donald Trump anunció la operación Wrap Speed (velocidad de la luz) para tener la vacuna a finales de 2020, para lo cual informó la inversión de 1.200 millones de dólares al laboratorio británico AstraZeneca, que fabricará la eventual vacuna en la Universidad de Oxford, con la condición de una transferencia de tecnología a Estados Unidos y la entrega de 300 millones de dosis.

Posteriormente, el 18 de mayo durante su intervención en la asamblea virtual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el presidente chino Xi Jinping anunció su país declararía la vacuna «como bien público global con el fin de que sean accesibles y asequibles para todos los países en desarrollo».

Avances a la fecha

La vacuna del COVID-19 como la nueva “guerra fría” entre las potencias. A tan solo tres meses de haber transcurrido del anuncio de iniciar la búsqueda de la vacuna, esta triada de países, han destacado que se encuentran en la fase de prueba donde Rusia, se aprecia -por lo menos mediaticamente- como la más avanzada y cercana de hacerse con este «santo grial».

EEUU. El pasado 14 de julio la farmacéutica estadounidense Moderna aseguró que la vacuna en sus primeras pruebas en humanos, estimuló el sistema inmunitario de los voluntarios justo como los científicos habían esperado.

Resaltaron que la vacuna estadounidense entrará en la fase final de pruebas en humanos el 27 de julio, convirtiéndose en el primer laboratorio en hacerlo.

Rusia. El Ministerio de Defensa de esta nación ha anunciado este lunes 20 de julio, la conclusión exitosa de la fase de pruebas clínicas de una vacuna contra la Covid-19 realizadas conjuntamente con el Centro Nacional de Epidemiología y Microbiología Gamaleya.

De acuerdo a comunicado emitido por este ministerio los resultados de los análisis muestran de manera inequívoca que todos los voluntarios desarrollaron una respuesta inmunitaria como resultado de la vacuna. La prometen para septiembre.

China. Esta nación que desarrolla 8 de las 12 posibles vacunas que están en fase de pruebas en el mundo, ha demostrado su nivel competitivo con la revelación hecha por la estatal china SinoPharm, que confesó haber realizado la primera prueba de la vacuna en humanos, usando a sus más altos ejecutivos y empleados, días antes de recibir el permiso para esta fase de prueba.

«Dando una mano para forjar la espada de la victoria», dice el posteo en las redes sociales del laboratorio SinoPharm, junto a la foto de los ejecutivos de la empresa que «”ayudaron a pre-probar”» su vacuna y en la actualidad se encuentran realizando los ensayos finales al igual que otras iniciativas de vacuna en la nación asiática.

Batalla por las dosis

En medio de esta carrera por el control de esta vacuna que libran las grandes potencias en su «guerra fría», el secretario general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesusha alertó sobre otro factor donde países con gran poder económico, podrían marginar al resto del mundo en el acceso de las dosis.

Esta advertencia se hace cada vez más tangible en la medida en que las farmacéuticas anuncian sus progresos, que son seguidas de revelaciones sobre grandes contratos entre laboratorios y gobiernos para hacerse con la vacuna «primero».

Tal como ya lo hizo Trump en su trato con Moderna por 300 millones de dosis, el presidente brasileño Jair Bolsonaro, decidió emular la acción de su par estadounidense y se comprometió con un desembolso 288 millones de dólares por tener la prioridad para la entrega de 100 millones de dosis gracias a un acuerdo con el laboratorio AstraZeneca británico y la Universidad de Oxford.

Otros que se han sumado a esta acción, es Europa, que contradiciendo su discurso sobre la equidad que debería existir en torno a la distribución de la vacuna, los gobiernos de Alemania, Francia, Italia y los Países Bajos, formaron la denominada Alianza Inclusiva por la Vacuna (IVA, por su sigla en inglés), grupo que cerró con los científicos británicos un acuerdo para adquirir 400 millones de dosis para sus países.

Entretanto, la mayor parte de las naciones que se encuentras en el umbral de la pobreza o son los llamados en vías de desarrollo, son marginados de estas acciones, donde las grandes potencias negocian la exclusividad para las primeras dosis, ignorando la solicitud que ha hecho la OMS dirigida a privilegiar la aplicación de las dosis primero en el personal de salud que en el mundo combate a la pandemia y así como en la población vulnerable, como lo son los adultos mayores, para disminuir los índices de mortalidad.

Además en un intento para garantizar el acceso a la vacuna para estos países el organismo multilateral creó Covax para garantizar el acceso rápido, justo y equitativo a las vacunas contra el COVID-19 en el mundo, aunque han señalado la dificultad que han tenido en torno a la financiación.

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¿Qué esperar?

Con todo lo señalado, esta «guerra fría» del siglo XXI, que libran las grandes potencia y donde la carrera científica se ubica hoy como la de mayor atención de la humanidad, podría ser recordada en el futuro como el motor que movilizó la creación de una vacuna en tiempo récord,

La vacuna del COVID-19 como la nueva “guerra fría” entre las potencias. Asimismo, la creación de una vacuna, también puede visualizarse como la herramienta que utilizó el país creador para retornar a la actividad económica primero que sus competidores, a lo que se agregaría que su importancia para la humanidad le otorgaría un inmenso poder para el relacionamiento y ampliaría su influencia, en un mundo donde están en pugna los equilibrios globales.

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