Estudiar durante horas en la biblioteca, pasar noches sin dormir, comer mal… El periodo de exámenes finales puede afectar al estado de ánimo de los estudiantes. Para contrarrestar esta situación, los alumnos de la Universidad de Utah, Estados Unidos, cuentan a partir de ahora con un espacio para liberar el estrés: un armario para llorar (Cry Closet). Desde el domingo 22 de abril, y hasta el próximo dos de mayo, los estudiantes podrán encerrarse durante un máximo de 10 minutos para llorar. La instalación creada por la estudiante de cerámica y escultura, Nemo Miller, ha provocado diversidad de opiniones en las redes, hay quienes celebran la iniciativa y quienes, por el contrario, consideran que es un espacio para gente débil, y que no debería existir.

El armario para llorar creado por la estudiante de artes Nemo Miller.
El armario para llorar creado por la estudiante de artes Nemo Miller.

En medio de la librería Marriott de la universidad ubicada en la capital del Estado de Utah, Salt Lake City, el armario es resultado de un taller de carpintería en el que Nemo Miller trabajó con la ayuda de dos familiares Tony Miller y David Meyer. Para poder entrar a este cubículo cuyo interior está forrado de negro y lleno de animales de peluche, solo hay que cumplir cinco reglas: tocar antes de entrar, entrar de uno en uno, permanecer un máximo de 10 minutos de uso, apagar la luz antes de salir y compartir #cryclosetuofu en caso de publicar la experiencia en redes sociales (para que Miller pueda documentar el uso de la obra).

“La idea surgió de mi propio estrés y ansiedad por la graduación y de querer un lugar para tomar un descanso del mundo por unos minutos”, cuenta por correo Miller, quien confiesa además que, cuando era más joven, le gustaba escapar a los baños, por lo que este armario surgió como una alternativa a estos.

Sin embargo, la obra ha escapado de las manos de su propia creadora. “El título estaba destinado a ser un poco humorístico, no estaba esperando que los estudiantes lloraran realmente mientras estaban en el armario”, admite la joven. Entre los detractores hay quien enfatiza que la Universidad “es para aprender, no para ser un bebé” y cuestiona cómo reaccionarán cuando se enfrenten a “los retos de la vida real”. Por el contrario, algunas personas admiten las dificultades de las exigencias académicas “Cuándo fue la última vez que tomaste tres exámenes finales en un día? No es jodidamente fácil, así que sí, a veces lloramos”.

El estrés es uno de los principales problemas a los que se enfrentan los miembros de la comunidad de esta universidad pública, que se ubica en el puesto 110 de las mejores universidades de Estados Unidos. Según la directora del Centro de Asesoramiento de la universidad, la psicóloga Lauren Weitzman, el estrés es una de las tres razones principales por las que los estudiantes acuden al centro, después de la ansiedad y la depresión. Pero a pesar de que el estrés afecta su día a día, especialmente en la época de exámenes finales, solo un 5% de los estudiantes se acerca a este centro a pedir ayuda. Weitzman celebra iniciativas como estas que permiten expresan las emociones, “Es algo positivo llorar y crear espacios para llorar”, afirma.

Pero todavía falta tiempo para que los estudiantes acepten mostrar su vulnerabilidad. “Creo que nuestra sociedad estigmatiza mostrar las emociones ante el público”, sentencia Miller al ver algunas de las reacciones ante su proyecto.