Un emprendimiento especial: Juguetes usados se transforman en nuevos sueños

En la concurrida calle 29 entre carreras 19 y 20 de Barquisimeto, hay un lugar que destaca entre el bullicio cotidiano: un puesto de juguetes viejos que brilla con una luz propia, la luz de la nostalgia. Su dueño, Darwin Campos, ha estado en este rincón de la ciudad por seis años, construyendo algo más que un negocio: un puente hacia los recuerdos de la infancia.

Darwin comenzó su aventura con apenas diez juguetes. Al principio, las ventas eran escasas y pocos conocían su puesto. Sin embargo, con el tiempo, su negocio se transformó en un imán para coleccionistas y aquellos que buscan revivir momentos de su niñez. “No solo se trata de vender, sino de darles una nueva vida a esos tesoros olvidados”, comparte.

Los juguetes que ofrece son diferentes a los que se encuentran en las tiendas modernas. “Los juguetes actuales son de mala calidad y se rompen fácilmente”, explica Darwin. En su puesto, se pueden encontrar piezas resistentes y duraderas, como soldados de plástico, animales, y las famosas colecciones de la Cajita Feliz de McDonald’s.

Entre los carritos Hot Wheels, colecciones de Shrek y Kung Fu Panda, y figuras de anime como Dragon Ball, destacan los juguetes de la antigua promoción de la leche Parmalat. “Esos son los más buscados y los que más nostalgia generan”, revela Darwin. Para muchos, estos objetos son más que simples juguetes; son recuerdos que evocan la alegría de la infancia.

Un experto en juguetes

Con el paso del tiempo, Darwin ha adquirido un profundo conocimiento sobre el valor de cada pieza. “Al principio no sabía qué juguetes eran valiosos, pero ahora puedo diferenciar entre un juguete caro y uno económico”, comenta. Además de vender, también intercambia juguetes y comparte su pasión en TikTok bajo el usuario @DarwinCampos88, alcanzando una comunidad más amplia.

Su jornada laboral comienza a las 7:30 de la mañana y termina cerca de las 5:30 de la tarde. En un buen día, puede vender entre cinco y diez juguetes, pero lo que realmente le apasiona es la interacción con la gente. “Mucha gente se queda mirando y eso me alegra mucho”, dice. Para Darwin, cada venta es una historia, un nuevo hogar para un juguete y una oportunidad para que un adulto reviva sus memorias de infancia.

Darwin Campos se encuentra en la calle 29 entre carrera 19 y 20 de Barquisimeto. Si quieres revivir tu infancia o encontrar ese juguete que siempre deseaste, no dudes en visitarlo. En su puesto, cada objeto cuenta una historia, y cada visita es una oportunidad para volver a ser niño, aunque sea por un momento.

Carla Martínez / Noticias Barquisimeto