Tras dos semanas de guerra han revelado grietas en el plan maestro de Putin para Ucrania

Dos semanas después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, lanzara su invasión de Ucrania, los “ataques de precisión” de Rusia se han vuelto mucho menos precisos y sus fuerzas terrestres están batallando para apoderarse del territorio.

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En vísperas de la ofensiva, algunos funcionarios estadounidenses predijeron que Kiev caería dentro de las 48 a 72 horas posteriores al comienzo de las hostilidades. Sin embargo, la bandera azul y amarilla de Ucrania todavía cuelga de sus edificios.

Las fuerzas ucranianas, para sorpresa de muchos observadores, han sido ágiles y efectivas contra los blindados rusos que han tenido problemas para progresar. Pequeñas unidades móviles que conocen el territorio han reducido los convoyes rusos. Las armas antitanque adquiridas principalmente de EE.UU y el Reino Unido han dejado restos humeantes en las carreteras de todo el país. Se han desplegado drones de ataque de fabricación turca con un efecto preciso.

En las pocas áreas ocupadas por las fuerzas rusas, incluso aquellas que son predominantemente de habla rusa, multitudes de cientos han insultado a los desconcertados soldados rusos. Han construido montañas de neumáticos para defender sus pueblos y han pintado las señales de las calles.

Putin argumentó que, de lo contrario, Ucrania se convertiría en una plataforma para que Occidente invada y destruya Rusia. Es posible que haya calculado mal la respuesta probable a su intento de tragarse un país que, en su oscura reescritura de la historia, no tenía derecho a existir.

Por otra parte, La propia OTAN rara vez ha parecido tan concentrada, muy lejos de las críticas que caracterizaron a la alianza durante la presidencia de Donald Trump. Camiones llenos de armas antitanque han llegado a la frontera de Ucrania.

Antes de esta invasión, mientras se debatía una serie de sanciones internacionales contra Rusia, incluso los halcones apenas podían soñar con aislar a las instituciones rusas del sistema bancario internacional, cazar los activos de los oligarcas rusos, terminar o reducir las importaciones de petróleo y gas rusos y suspender el oleoducto Nord Stream 2. Todo ha sucedido ahora.

Mientras tanto, continúa el sufrimiento diario de los civiles ucranianos. Algunos mueren en ataques con misiles que derriban edificios de apartamentos, otros son atrapados por esos ataques de artillería menos precisos. El número ya está en los muchos cientos, pero no hay una cifra oficial.

Con información de: CNN