El sector transporte es sin duda alguna uno de los más hablados en la actualidad, no solo por el tema del constante aumento del pasaje, sino también por lo que representa para muchos el subir a una unidad.
Una aventura que comienza en las diferentes paradas de la ciudad, éstos últimos días copadas de personas a cualquier hora del día esperando las unidades que pasan volando ante sus narices.
Si con suerte se detiene (en muchos casos porque algún pasajero pidió la parada) sigue el paso de intentar subir a la unidad, abrazando incluso a algún desconocido, buscando con ello sentirse seguro “guindando” en plena puerta.
Estando dentro de la unidad, comentarios van y vienen
Desde historias de personas con familiares hospitalizados, anécdotas del que vino desde otro estado a pie y necesita “completar su pasaje de regreso” y con suerte, el ánimo de quienes suben a los buses con cuatros, guitarras y otros instrumentos musicales a deleitar el viaje de las personas.
Y aunque siempre se escuchan constantes quejas por el trato de los transportistas hacia los usuarios, también existen los casos en que quienes están al volante son víctimas de malos tratos por parte de los usuarios de la unidad.
El tema de las paradas
Las unidades de transporte público como todos los que se trasladan por las distintas avenidas de la ciudad en carros particulares, deben respetar las normas, el rayado y solo hacer paradas en aquellos puntos que son asignados por la Autoridad Metropolitana de Transporte y Tránsito AMTT.
“Aquí no hay parada, la dejo en la siguiente”. Respondió el conductor del bus cuando una pasajera pidió la parada en un lugar no indicado.
En la mayoría de los casos los insultos y malos tratos hacia los choferes, sucede por no detenerse justo donde el usuario lo pide, un tema criticado por muchos y entendido por otros que dan la razón a los conductores que solo están cumpliendo las normas.
“Si quieres me dejas en tu casa” gritó una señora luego de pedir la parada y percatarse que el conductor siguió y la dejó una cuadra después. Un problema que en la mayoría de los casos responde al desconocimiento de las normas o simplemente a querer hacer caso omiso a cada de ellas.
Tolerancia es sin duda alguna un tema en el que deben trabajar los barquisimetanos en general, para evitar malos ratos y entender que tanto usuarios como transportistas merecen respeto dentro y fuera de las unidades de transporte.