Todo lo que debes saber sobre la fiesta de Los Zaragozas en Sanare

La fiesta de Los Zaragozas de Sanare se ha constituido en una de las más hermosas y coloridas manifestaciones folklóricas del Estado Lara, y la principal atracción turístico-cultural de la bella y encantadora población de Sanare; conocida también como el “Jardín de Lara” por el verdor de sus campos cultivados y el de las montañas que la rodean.

No se sabe con exactitud en qué momento se inició esta celebración ‒que en los estados andinos se le conoce como la Fiesta de los Locos y Locainas‒, pero tiene más de doscientos años de tradición. Y tampoco se sabe por qué en este lugar adquirió un nombre propio: Zaragozas.

Los Zaragozas de Sanare
Zaragozas de Sanare

La fiesta de los Zaragozas de Sanare se celebra todos los años el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes según el calendario litúrgico de la Iglesia Católica, y es una clara manifestación sincrética de raíces europeas y africanas que se fusionan en torno a las creencias y tradiciones propias de los antiguos pobladores de esta región, que al parecer se cubrían con mazorcas y hojas de maíz para pedir y celebrar por una buena cosecha.

Siendo una fiesta de gran colorido y alto contenido mágico-religioso que se baila al son del tamunangue, lo que aquí se celebra no es el martirio de los niños por el rey Herodes en la ciudad de Belén, sino el triunfo del bien sobre el mal. Es una invitación a valorar el don de la vida y a despreciar toda conducta sanguinaria, así como el egoísmo, la envidia o la avaricia.

Asimismo, en las homilías de este día, los sacerdotes increpan a los asistentes acerca de las nuevas expresiones del martirio impuesto a los niños por los Herodes de hoy: el aborto, el maltrato infantil, el abandono de los padres, las guerras…

Es también una expresión de fe, un momento para reunirse y cumplir con lo prometido a Dios, un pago de promesas que se expresa en un baile popular; si bien para otros más bien es una esperada ocasión para divertirse y bromear con los vecinos y visitantes.

Los Zaragozas de Sanare
Los Zaragozas de Sanare

Todos los años, la fiesta de los Zaragozas comienza en la madrugada del 28 de diciembre, cuando centenares de personas ataviadas con trajes de colores y máscaras, se reúnen al frente de un altar improvisado en la casa de uno de los capitanes de la cofradía para esperar “el rompimiento” y salir a pasear por las calles detrás de un cuadro representativo de la Matanza de los Niños y una bandera amarilla como insignia, haciendo paradas en algunas otras casas y en las capillas e iglesias del pueblo, y acompañados por un grupo de músicos.

Luego, en la noche, se produce “el encierro” de los Zaragozas y se da por terminada la celebración.

Casi todos los Zaragozas (alrededor de 800 o 900 inscritos cada año) son hombres o niños que se visten de mujer y falsean sus voces para no ser reconocidos. Excepcionalmente hay mujeres que también se disfrazan y participan en la actividad como pago de una promesa.

No hay normas preestablecidas para la confección del traje. Cada participante puede vestir a su manera, usando las telas y colores que prefiera. Pero el uso de cintas y lazos es característico, así como el de los cascabeles, cuyo sonido atrae a la gente e indica que hay un zaragoza presente.

El diseño de las máscaras tampoco está restringido en cuanto a materiales, forma o color. Y aunque los organizadores se inclinan por el uso de máscaras con facciones humanas y cachetes rojos, hay muchos que prefieren llevar máscaras con figuras de demonios, y otros que recurren al uso de grandes y llamativos traseros o senos.

Los Zaragozas de Sanare llevan también un chaparro de membrillo con el que invitan a bailar a los asistentes al curvarlos sobre sus cabezas.

Agencias