María Divina Pastora de las Almas, conocida como la Divina Pastora, es venerada con especial cariño y devoción por el pueblo larense. Su historia se remonta a 1736 cuando por una extraña equivocación llegó al pueblo de Santa Rosa, quienes esperaban una imagen de la Inmaculada Concepción.
La madre de Daymari Parra, una niña de 3 años. Nació de seis meses, siendo diagnosticada por los médicos de prematura, con pocas posibilidades de vida, cuenta su madre con voz quebrantada y lágrimas acumuladas alrededor de sus ojos, mirando a su hija como el tesoro más grande de su corazón; una mirada de amor inexplicable.
Con pocas esperanzas, a los días de nacida, no estaba mejorando, sus signos vitales eran débiles, ella decidió llevársela y entregarla a la Divina Pastora, a los días su cara, empezó agarrar color, sus ojos abrían y cerraban sin parar, su respiración era lenta y pausada, y su madre podía sentir con precisión cada latida de su corazón.
“Desde ese momento, la traigo un día antes vestida, y así la seguiré trayendo hasta que ella tenga su edad, acorde para aminarla, no la camina, porque la promesa fue mía, y no es justo que ella lo haga, pero si la traigo un día antes y le tomo sus fotos, se la presento, escuchamos la misa, ella vestida como la Divina Pastora”. Enfatizó Daymari
La señora, tiene 8 años de su vida, cumpliendo su promesa, y hace la procesión los 14 de enero en compañía de su esposo, hasta dejar a la virgen en la catedral .Afirma haber extendido su ofrecimiento, hasta que Dios le dé vida y salud porque no existe más gracia, por salvar la vida de su hija.
