Shai Gilgeous-Alexander conduce la aplanadora de los Oklahoma City Thunder para llegar a la final de la NBA 13 años después

Oklahoma City Thunder 124-94 Minnesota Timberwolves (4-1).

Oklahoma City Thunder es el primer finalista de la NBA 2025: historia, presente y una nueva oportunidad por el anillo.

Despedazan a los Wolves con la versión estelar del base: 34 puntos y MVP de la final del Oeste.

De manera arrolladora, los Thunder irrumpieron en la final de la NBA, la primera que alcanzan desde 2012. No dieron la más mínima oportunidad de soñar a los Timberwolves con alargar la final del Oeste y les aplastaron por 124-94 en el quinto encuentro (4-1). Si es que se puede llamar así lo visto en el Paycom Center. Porque realmente no hubo partido. El 26-9 con el que finalizó el primer cuarto es una clara muestra de la voracidad mostrada por el equipo de Oklahoma, que espera rival en la lucha por el anillo: los Pacers mandan 3-1 ante los Knicks en el otro lado del cuadro.

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Los jugadores de los Thunder celebran su clasificación para la final de la NBA.

Los Thunder, herederos de los Sonics que ganaron en 1979, lucharán por el primer título de su historia con ese nombre. Se han plantado en la final de la NBA subidos en una apisonadora que puede con todo. Su balance en temporada regular, el mejor de la Liga, fue de 68-14. En playoffs, de 12-4. Sólo los Nuggets, de manera sorprendente, pudo ponerles en aprietos. Para llegar aquí, su diferencia de puntos de 12,55 sólo la superan a lo largo de toda una campaña los Bucks de 1971, que vencieron a sus rivales por 12,58. Y sí, ganaron el anillo.

Shai Gilgeous-Alexander trata de superar la defensa de Nickeil Alexander-Walker.

El quinto partido ante los Wolves fue un monólogo comandado por Shai Gilgeous-Alexander, que volvió a ejercer de líder espiritual de los Thunder. Anotó 34 puntos, atrapó siete rebotes y repartió ocho asistencias. Al descanso ya andaba con 20+4+5 y su equipo, rumbo a la final por aplastamiento (65-32). Con toda justicia, el base recibió el trofeo Earvin Magic Johnson que le acredita como el MVP de la final del Oeste. Lo podrá colocar junto al MVP de la temporada que se llevó la semana pasada. Por primera vez desde Stephen Curry en 2015, el elegido mejor jugador del curso puede ser campeón.

Todo funcionó en los Thunder

Pero es que todo funcionó en la maquinaria de los Thunder. Chet Holmgren hizo 22 puntos, siete rebotes y tres tapones y Jalen Williams, la tercera púa del tridente, acabó con 19 puntos, ocho rebotes y cinco asistencias. El trío persigue un anillo que en 2012 no pudieron conseguir Kevin Durant, James Harden y Russell Westbrook. Aquel sensacional equipo de Oklahoma se topó entonces con los Heat de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh.

Alex Caruso detiene el avance de Anthony Edwards.

Estos Thunder son una versión superior, más completa y con una defensa de infranqueable que devora rivales a base de colmillo y músculo. Los Wolves, frustrados, llegaron a perder 21 balones. Julius Randle (24 puntos) y Anthony Edward (19 con 1/7 en triples) pasaron otra noche de pesadilla ante Alex Caruso (cuatro robos), Lu Dort (cuatro triples) y los secantes de Okahoma. Nadie sufrió más que Mike Conley, que se quedó sin anotar en 21 minutos y sólo pudo repartir una asistencia.

Un destrozo ya al descanso

Con ese caldo, a los Thunder les salió un guiso exquisito. Tras el 0-3 inicial, los Wolves fallaron ocho ataques seguidos. Los locales cerraron el primer cuarto con un parcial del 26-6 mientras arrojaban una montaña de defensores a cada jugador rival. Los 32 puntos de los visitantes al descanso son el mejor ejemplo del destrozo al que fueron sometidos: 12 canastas y 14 pérdidas. A la vuelta de los vestuarios, con 33 abajo, ya estaba todo resuelto ante el jolgorio de la grada.

Chet Holmgren defiende a Donte DiVincenzo.

Pero, por si no estaba claro, los Thunder no frenaron nunca. La diferencia llegó a ser de 39 en el último cuarto (120-81) en pleno festival de Isaiah Joe, que se sumó a la fiesta con tres triples sin fallo en seis minutos. Ya hacía tiempo que los titulares de Oklahoma descansaban en el descanso. A falta de 5:14, con 108-74, el entrenador Mark Daigneault sentó a sus estrellas ante un público en pie que, enfervorecido disfrutaba del pase a la final de su equipo. La primera vez en 13 años que luchará por el anillo y siendo muy favorito.

Hender «Vivo» González

Con información de Marca