Santo del Día | “La Visitación de María”

Juan “El Bautista” y Jesús se encuentran desde los vientres maternos de dos mujeres temerosas de Dios en la Visitación de la Virgen María; que viene a ser una fiesta de toda la Iglesia Católica, donde la Madre de Dios, con el niño Jesús en su vientre, va hacia la casa de su prima Isabel

Vitral de la Visitación

La Visita de María a Isabel, su prima, nos invita a un momento profundamente personal; el Precursor de la Palabra y el Señor se encuentran ocultos en las entrañas maternales de dos mujeres piadosas y temerosas de Dios. Sin embargo, incluso antes de que las dos mujeres se dieran un abrazo al verse, Juan saltó de alegría en el vientre de su madre, después del saludo de María a su prima, al haber reconocido la presencia del Mesías en el vientre de la Virgen.

Historia de la Visitación

En la Anunciación del Señor, el Ángel Gabriel, en respuesta a la pregunta de María: “¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?” (Lc 1, 34), le había dicho: “tu prima Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios” (Lc 1, 36).

María salió con prisa a visitar a su prima Isabel

El Evangelista Lucas nos cuenta que María emprendió a toda prisa el largo y peligroso viaje desde Nazaret a un pueblo de la región montañosa de Judea al saber por las palabras del Ángel que su prima Isabel estaba embarazada; ella tenía claro lo que quería y no permitió que nadie ni nada la detuviese.

Agenda personal de María e Isabel

María visita a su prima Isabel para ayudarla y también para ser ayudada por ella; estas dos grandes mujeres se consolaban entre sí, compartieron sus historias, y se dieron la una a la otra el don del servicio en medio de la nueva vida que debieron haber experimentado: Isabel después de sus largos años de esterilidad, y María, después de su encuentro con el mensajero celestial, y su situación matrimonial “irregular” de aquel tiempo aunado a su embarazo.

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El apuro de María

La libre elección de María de avanzar hacia adelante y hacia el exterior es reflejo de una decisión tomada en lo profundo de su corazón, seguido de una acción inmediata. ¿Cuántas cosas hay en nuestra vida que hemos soñado realizar, que deberíamos haber hecho, y nunca hicimos? El aplazar las cosas, retrasarlas, pesan mucho sobre nosotros, nos desgastan y nos desaniman.

Enseñanzas de la Visitación

La Visitación nos enseña una lección importante: cuando Cristo está creciendo dentro de nosotros, seremos conducidos a personas, hacia lugares y situaciones que nunca hemos soñado; vamos a tener palabras de consuelo y de esperanza que no serán nuestras. En el mismo acto de consolar a otros, seremos consolados. Vamos a estar en paz, sentirnos recogidos, porque sabemos que por muy insignificante que parezca nuestra vida y nuestros problemas, a partir de ellos Cristo se está formando en nuestro interior.

Mosaico de la Visitación

Las mujeres del Evangelio de hoy nos muestran que es posible ir más allá de nuestras propias pequeñas agendas personales y participar en el ministerio auténtico del servicio y la entrega, del verdadero ministerio del amor. El viaje de María para visitar a su prima Isabel nos demuestra la llamada a vivir en comunidad; a veces, nuestra presencia física es el mejor regalo que podemos darle a otra persona.

En nuestra vida pasajera, debemos practicar también ese ministerio: hacer cosas por los demás, amar a las personas difíciles, servir a los pobres, enseñar a otros, permitir servir y ser servidos, enseñar, cuidar, consolar y amar sin horarios ni limitaciones. Estos momentos nos liberan de nuestros propios egoísmos y nos permiten cantar con alegría el Magníficat como María y celebrar así, las grandes cosas que Dios hace por nosotros y nuestro pueblo.

María siempre nos muestra el servicio a los demás

Agelvis Villalonga L.