Santo del Día | Hilario: “El valiente defensor de la Fe”

Pontífice y gran confesor; escribió cartas sobre la fe católica, con las que confirmó los Concilios de Nicea, Éfeso y Calcedonia, enalteciendo el primado de la Sede Romana

Hilario era natural de Cerdeña, isla en la que vio la luz en el siglo V; los únicos datos disponibles, sobre su infancia y juventud, comienzan en el momento en que fue ordenado Diácono.

San Hilario, Papa

Siendo tan sólo Diácono tuvo una intervención muy especial en el Concilio de Éfeso, actuando como legado del Papa San León I, conocido como el Magno, en el año 449; por negarse a firmar la deposición de San Flaviano, Patriarca de Constantinopla, las cosas en aquel Concilio se pusieron peligrosas, a tal punto, que llegó a temer por la ira de sus adversarios.

A raíz de esta situación, huyó llevando la apelación de Flaviano al Papa; estando en Roma, le escribe a la Emperatriz Pulqueria, para darle información precisa de lo que había ocurrido. De igual manera, intervino en la controversia entre griegos y latinos, para fijar la fecha común de celebración de la fiesta de Pascua.

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Sucesor de Pedro

Al morir el Papa San León I, Hilario lo sucedió en la Sede de Pedro, a finales del año 461; su pontificado fue corto, solo duró siete años, y en ese periodo gobernó la Iglesia dedicándose por entero y con firmeza a consolidad los principios teóricos y prácticos en materia de disciplina y jurisdicción.

En una carta enviada a Leoncio, el Papa expresa su deseo de trabajar “en pro de la universal concordia de los sacerdotes del Señor”, procurando que “nadie se atreva a buscar su propio interés, sino que todos se esfuercen en promover la causa de Cristo”.

San Hialrio era considerado como un gran Confesor

En Roma fomentó el culto, edificó Capillas en la Basílica constantiniana de Letrán, construyó un Monasterio dedicado a San Lorenzo y dejó testimonio de la devoción agradecida que profesó al Apóstol y Evangelista san Juan a quien atribuyó siempre la gracia de haber sido librado de la ira de los hombres en Efeso.

Murió el último día de febrero del año 468, aproximadamente a los 68 años.

Iconografía de san Hilario

San Hilario conocía bien al hombre; ese espíritu humano que es proclive a pactar con la soberbia, la comodidad, el afán de poder y el bien que reportan las riquezas; eso tan común de lo que no están exentos ni los jerarcas de ayer, ni los de hoy. Que su ejemplo, ayude a que el servicio a la Iglesia no se pervierta, convirtiéndose en instrumento de lucro personal.

Agelvis Villalonga L.