San Efrén fue dotado con el don de la enseñanza; haciéndose famoso por sus sermones e himnos. Es el único Padre sirio que es honrado como Doctor de la Iglesia Universal. Fue Diácono y Teólogo de lengua siriaca del siglo IV
Efrén, también conocido como Efraín, nació a principios del siglo IV, alrededor del año 306 DC en Nisibis (Mesopotamia); proveniente de padres ricos, recibió una educación basada en el santo temor del Señor. Debido a su juventud, pensaba que todo lo que sucedía era por casualidad, pero un acontecimiento desagradable lo convencería de que estaba equivocado.
Una vez, el joven Efrén fue acusado de robar ovejas, por lo que el juez del pueblo lo envió a la cárcel a pesar de que era completamente inocente; estando en el calabozo y lamentándose sobre lo que le había sucedido, vio en un sueño cómo estaba siendo castigado por otros pecados que realmente si había cometido. Pasó algún tiempo en prisión, y después confirmarse su inocencia fue dejado en libertad.
Allí, se dio cuenta de que la vida de las personas no estaba dirigida por la suerte o casualidad, sino por el Señor Dios; situación que lo llevó a reflexionar profundamente sobre su forma de vivir. Efrén abandonó el mundo y se retiró a las montañas donde se convirtió en un discípulo de Santiago de Nisibis.
Bajo la dirección espiritual de Santiago, Efrén cambió de vida, de costumbres y de forma de pensar, convirtiéndose en una persona muy dócil, penitente y comprometida con Dios. Se hizo bautizar a la edad de 18 años.
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Años más tarde, Santiago fue elegido Obispo y, debido a las grandes virtudes que floreaban en Efrén, lo hizo Diácono de la Iglesia y lo nombró su secretario personal. En ese momento, Efrén comenzó a escribir himnos profundamente teológicos y comentarios bíblicos; llegando a escribir, a lo largo de toda su vida, como tres millones de líneas, sobreviviendo 400 de sus himnos actualmente.
Luego, cuando llegó la invasión persa a su región natal, Efrén huyo hacia el oeste, se fue a Edesa y se retiró a las montañas, en el sur de Turquía, esto ocurrió en el año 363; allí se comprometió a una estricta rutina de pruebas monásticas y estudió celosamente la Palabra de Dios. Tambien, continuó escribiendo himnos, especialmente en defensa de la enseñanza del Concilio de Nicea contra los herejes arrianos, que eran influyentes en Edesa.
Al final de su vida, Efrén visitó los grandes Santos Padres del desierto: Nitria (en Egipto), así como Cesárea en Capadocia, donde conoció a San Basilio, el Grande, cuyo encuentro lo llenó de tanta emoción que no tardó mucho en escribir sobre ello.
La fecha de su muerte es dada por la Crónica de Edesa, en donde afirma que, a su regreso, Efrén cayó muy enfermo y murió en la Santa Paz del Señor, el 9 de junio del 373; fue proclamado Doctor de la Iglesia en 1920, por el Papa Benedicto XV.
Agelvis Villalonga L.
