Santo del Día | Domingo Savio: “Antes morir que pecar”

Santo Domingo Savio fue discípulo de San Juan Bosco, tuvo una mente pura, dulce y feliz, caminó a temprana edad a la santidad que tanto deseaba

San Juan Bosco, maestro de Domingo Savio

Domingo nació el 2 de abril de 1842, en la provincia de Turín, al norte de Italia, en una familia humilde, pero al mismo tiempo muy fervorosa; ya desde tierna edad decidió imitar fielmente a Jesús, rechazando cuanto lo pudiera alejar de Él.

A los 7 años hizo su primera comunión, y a los 12 entró en el Oratorio de San Juan Bosco; bajo la dirección personal del gran santo salesiano se convirtió en tabernáculo del Señor y en modelo y ejemplo de amor a Dios para los demás. Fue un verdadero apóstol y misionero de Jesús, con la simple presencia de su vida.

Santo Domingo Savio

Los que conocieron en vida a Domingo dicen que no era pequeño de estatura, pero si delgado, casi débil; prefería escuchar que hablar. Era humilde y respetuoso de todos y tenía una habilidad natural para apaciguar las discusiones y peleas, que, en aquella edad entre sus compañeros, a veces brotaban casi naturalmente.

Su único interés era Dios y como hacer que los demás concentrasen sus energías en servirle mejor a Él; lo que le faltaba en fuerza física la recuperaba en alteza moral, en fortaleza de corazón y en aceptación de la voluntad de Dios cualquiera que esta fuese.

Leer también: Santo del Día | Ángel: «El monje portador del mensaje de Dios»

En febrero de 1857 tuvo una fuerte tos que le obligó a guardar cama durante semanas; el domingo 1° de marzo fue enviado de vuelta a la casa de sus padres, su hogar natal. Un médico diagnosticó que padecía de algún tipo de inflamación en los pulmones y decidió sangrarlo, según se acostumbraba en aquella época. Presumiblemente se trataba de una pulmonía, y las sangrías lo debilitaron aún más.

En los primeros días de marzo de 1857, Domingo recibió, a pedido suyo, la unción de los enfermos; al anochecer del lunes 9 de marzo rogó a su padre que recitara las oraciones por los agonizantes. A las diez de la noche trató de incorporarse y terminó por murmurar en tono gozoso: “¡Qué maravilla estoy viendo!”, siendo sus últimas palabras; murió a los 14 años de edad.

Capilla de Santo Domingo Savio en Turín

En octubre de 1914, la Iglesia pidió a las autoridades civiles de Mondonio, para trasladar los restos de Domingo Savio a la Basílica de María Auxiliadora de Turín, lugar donde permanecen hasta el presente.

Domingo Savio fue declarado Venerable por el Papa Pío XI en 1933; Beatificado por el Papa Pío XII, el 5 de marzo de 1950; y Canonizado por el mismo pontífice, el 12 de junio de 1954. Su memoria litúrgica se celebra el 6 de mayo.

Restos mortales de Santo Domingo Savio

La primera biografía de la vida de Domingo fue escrita por su maestro San Juan Bosco, y de entre esas páginas han surgido tantas vocaciones; incluso la vocación del futuro Papa Benedicto XVI, que con tanta ternura ha mirado a la Obra de la Infancia Misionera.

Agelvis Villalonga L.