Santo del Día | Beda, el Venerable

San Beda fue un Sacerdote que se dedicó con fervor a meditar y exponer las Escrituras, y entre la observancia de la disciplina regular y la solicitud cotidiana de cantar en la Iglesia, su vida estuvo siempre alrededor de los estudios, la enseñanza y la escritura

San Beda, Doctor de la Iglesia

Beda nació en el año 672, en el seno de una modesta familia obrera de Newcastle; siendo un joven adolescente, recibió su formación en dos Monasterios Benedictinos, el de Wearmouth y el de Jarrow. A la edad de 22 años, recibió la Ordenación Sacerdotal.

Las dos más grandes satisfacciones de su vida las condensó él mismo en tres verbos: aprender, enseñar, escribir; la mayor parte de su obra como escritor tiene su origen y finalidad en la enseñanza. Escribió sobre filosofía, cronología, aritmética, gramática, astronomía, y música; sin dejar de lado su formación teológica, con un estilo sencillo, accesible a todos.

San Beda, el Venerable

Se presenta como uno de los padres de toda la cultura europea; por tal razón, entre los monumentos insignes de la historiografía se encuentra su “Historia Eclesiástica, Gentis Anglorum”, que le mereció ser proclamado en el sínodo de Aquisgrana, en el 836, “venerabilis et modernis temporibus doctor admirabilis”. Le gustaba definirse “historicus verax”, historiador veraz, consciente de haber prestado un servicio a la verdad.

Terminó su voluminosa obra histórica con esta oración: “Te pido, Jesús mío, que me concediste saborear con delicia las palabras de tu sabiduría, concederme por tu misericordia llegar un día a ti, fuente de sabiduría, y contemplar tu rostro”.

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El Papa Gregorio II lo había llamado a Roma, pero Beda le suplicó que lo dejara en la laboriosa soledad del Monasterio de Jarrow, del que se alejó sólo por pocos meses. Luego de haber dictado la última página de su Comentario a San Juan, le dijo al monje escribano: “ahora sostenme la cabeza y haz que pueda dirigir los ojos hacia el lugar santo donde he rezado, porque siento que me invade una gran dulzura”.

Con estas últimas palabras, murió a los 63 años en la Abadía de Jarrow (Inglaterra), en la víspera de la Ascensión del Señor, el 25 de mayo del 735. En 1899, el Papa León XIII lo declaró Doctor de la Iglesia, siendo el único nativo de Gran Bretaña en tener tal disticion dentro de la Iglesia Universal.

Muerte de San Beda

Agelvis Villalonga L.