David Sinclair, profesor genetista del Centro Paul F, reveló que es mejor decirle no al azúcar, no al alcohol y no a la carne. «En cambio, priorizar los polifenoles, compuestos vegetales con efectos antioxidantes y antiinflamatorios», dijo.
David Sinclair, profesor genetista del Centro Paul F. Glenn para la Investigación de la Biología del Envejecimiento de Harvard, afirmó haber encontrado una rutina diaria para mantenerse joven y saludable.
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Sinclair, que ahora tiene 55 años, afirma tener una ‘edad biológica’ más de una década menor que la cronológica. ¿La razón? Un estilo de vida radicalmente distinto al de la mayoría. «He estado volviéndome más joven cada año durante los últimos diez años», dijo Sinclair en una entrevista con GQ.
Sinclair es una de las voces más influyentes en la ciencia del envejecimiento, y asegura que los hábitos diarios, incluso desde los 20 años, pueden marcar la diferencia entre una vida promedio y una longeva.
Dieta y suplementos
Para muchos, el consejo de Sinclair puede parecer extremo: dice no al azúcar, no al alcohol y no a la carne. En cambio, prioriza los polifenoles, compuestos vegetales con efectos antioxidantes y antiinflamatorios, y recurre al ayuno intermitente para activar los genes de la longevidad.
«Tres comidas al día más refrigerios es demasiado», afirma. Su práctica habitual es ayunar entre 16 y 18 horas, tomando solo agua, té verde o matcha durante el día. Apenas rompe el ayuno con una pequeña porción de yogur con resveratrol (un polifenol presente en la uva) y termina el día con una cena basada en plantas, frutos secos, arroz o cuscús.
Su estilo de vida también incluye suplementos y monitoreo del sueño con tecnología avanzada. «Antes comía lo que creía saludable, pero no lo era tanto. Cuando cambié mi dieta, incluso recuperé la memoria», contó Sinclair. Para picar durante el día, recurre al chocolate negro (de al menos 80 %) y a una nuez de Brasil diaria por su contenido de selenio.
Aunque evita el alcohol y los lácteos casi por completo, confiesa que se da ciertos caprichos: «De vez en cuando, unas papas fritas o una copa en una celebración, pero es la excepción, no la norma». Y, para quienes creen que una copa de vino es inofensiva, lanza una advertencia: «Los datos recientes muestran que incluso una copa al día afecta tus células cerebrales».

Hender «Vivo» González
Con información de Globovisión