Transitar por las carreteras y autopistas del país se convierte en un calvario, no solo por el mal estado de las vías, sino también por la falta salas sanitarias en las estaciones de gasolina y paradas, que reúnan condiciones mínimas de higiene para que la gente pueda hacer “sus necesidades básicas”.
Existen algunas estaciones de servicio donde para entrar te exigen un pago en bolívares o en dólares, sin que eso garantice la limpieza de los baños, excepto un poquito de papel sanitario que el encargado de cobrar te entrega para ver cómo te resuelves, en medio de aquel apuro que viven los viajeros.
Pero ya en la autopista “Cimarron-Andresote” de Yaracuy eso no es un problema. Al contrario, si para muchos sentarse en una poceta genera cierto placer, en los baños de la estación de gasolina de “Caseteja” es doblemente satisfactorio, por la calidad, belleza y confort de sus salas sanitarias, donde se combina la buena higiene con la decoración de sus interiores y buena música de fondo.
“Estos baños tienen apenas un año de construido y tardamos tres meses y medio en su total transformación, bajo un concepto de cambiar el paradigma de que si se puede tener un baño con las condiciones higiénicas adecuadas en carretera”, nos comentó el gerente operativo de la bomba Jonatán González.
Ubicados al lado del bodegón que sirve de lugar para aprovisionarse antes de seguir la ruta, la sala sanitaria de “Caseteja” tiene una puerta de entrada envidiada por cualquier decorador o arquitecto, con unos tubos de acero inoxidable que llaman la atención al más despistado, y que confirman la calidad de los materiales usados para su construcción.
Al ingresar a los baños, los usuarios quedan impresionados por el colorido de sus lavamanos, rojo para los hombres y amarillo para las mujeres; y que decir de los grandes y llamativos murales que adornan sus paredes, con iguanas, leopardos y hasta paisajes naturales, lo cual hace muy placentero la breve estadía en el lugar, que a veces parece una discoteca por el juego de luces que ilumina sus pocetas.
“Estamos creando la cultura de una sala sanitaria privada, recibiendo todas las críticas positivas. Si tienes ganas de ir al baño en carretera, vente a la estación de gasolina de Caseteja y disfruta el mejor momento, con o sin apuro”, expresa orgulloso Jonathan, quien se encarga de que los clientes que surten combustible y quieran hacer sus “necesidades” puedan hacerlo, eso sí, ¡pujando mucha felicidad!
