“No debió salir. No debí dejarlo salir. Yo lo quiero aquí conmigo, lo amo. Ahora no va a conocer a su hijo”, repetía la esposa de José Ángel Barradas, abatido por un funcionario del Cicpc después de que este chamo de 24 años junto a dos hombres más, supuestamente, atracaran en un ruta 21.

Fue a eso de las 2:00 de la tarde que recibió dos balazos y cayó cerca del Saime tras el tiroteo que se formó cuando un Cicpc intentó detenerlo tras cometer el atraco.

La muchacha estaba desconcertada en la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda. Ella no sabía que José Ángel andaba en un robo y contó que estaban en casa de un familiar en Las Cabañas de El Tostao, pero que a las 6:30 de la mañana bajaron a su casa en el sector El Morrocoy.

Como José tenía un hermano desaparecido, dijo que buscaría a sus amigos José Pastor Aranguren Espinoza y a otro de nombre William, para que lo ayudaran a buscarlo.
“Él salió después de las 8:00 de la mañana, pero dijo que a las 12:00 estaba en la casa para ayudarme con el bebé e ir para al Cicpc San Juan a poner la denuncia”, recordó la esposa.

A las 2:00 de la tarde, José Ángel se montó en un ruta 21 junto a José Pastor y el otro tipo en las adyacencias del Sambil, supuestamente, con la idea de robar a los pasajeros y al chofer. Al parecer, andaban con una pistola.

Uno de los pasajeros era un funcionario de la Subdelegación San Juan del Cicpc, quien en un primer momento no dio señales a los hampones de estar armado. Supuestamente, los tipos sólo lograron robar dinero en efectivo y un celular.

Contó un obrero que trabajaba cerca del sitio del suceso, que cuando el ruta llega hasta la Lara con Bracamonte los antisociales se bajaron del bus para huir, a lo que el “petejota”, aparentemente sacó su arma de reglamento y los siguió.

A pocos metros del Saime, el funcionario da la voz de alto a los tipos y al estos ver al hombre con el arma se inicia un intercambio de disparos en el que resultó muerto Barradas con dos balazos en el pecho.

Barradas vestía una franela manga larga gris marca Vans, jeans y zapatos deportivos negros. En ese enfrentamiento, Aranguren resultó herido con un balazo en la nalga derecha, mientras que el otro hampón huyó.

Un grupo de personas que estaban fuera del Saime se horrorizaron al ver todo lo que sucedió. “Eso fue horrible. Los tiros sonaron y entramos corriendo a la oficina, al rato fue que salimos y vimos al muchacho ahí tirado en el piso”, aseguró una señora.

A las 3:00 de la tarde la muchacha recibió una extraña llamada de la esposa de José Pastor que le dijo que a su esposo le habían disparado y estaba en la morgue.

La joven se fue acompañada de su mamá y de su papá, además de una hermana. Cuando llegó al hospital confirmó la mala noticia, José Ángel había sido asesinado. Una persona desconocida le dijo allí que había sido un enfrentamiento y ella no podía creerlo.

“Por qué te portaste mal José Ángel, si dijiste que nunca me ibas a dejar, ahora me quedé sola, cuando pensé que llegaríamos a viejitos juntos”, decía en medio de gritos de dolor la pareja del abatido.

Según lo contado por la muchacha, José Ángel era comerciante y ella desconocía que estuviese en malos pasos en la calle, pues jamás había visto un mal comportamiento de su parte.

En cuanto a José Pastor, que fue herido, según un testigo llegó sangrando por la nalga izquierda y diciendo que había sido herido en una “riña colectiva” en el Saime de la Lara.

Una vez ingresado en la Emergencia del Hospital Central, aseguró ser asistente administrativo del Saime. Los funcionarios y los médicos lo atendieron normalmente y lo enviaron a hacerse algunos exámenes.

Saliendo para la clínica, José Pastor fue interceptado por funcionarios del Cicpc, quienes le pusieron los ganchos tras reconocerlo como el hampón compañero del abatido.

Nota y Foto de: La Prensa